Capítulo treinta y dos

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Kim no podía dormir pues a su mente vino el amargo recuerdo de ver a Tawan sobando la cintura y la oreja de Porchay en la tarde.

Inquieto, resopló una y otra vez, en la oscuridad de la habitación.

-Jodido niño-maldijo susurrante-¿Por qué no puedo dejar de pensarte?

Para colmo, además estaba el que antes de irse de la empresa de Koney y a pesar de escuchar a Porcshe decirle que no lo hiciera, su joven protegido le había dado su número de móvil susodicho modelo.

Tras dar nuevas vueltas sobre el colchón, intentando acomodarse sin éxito alguno, finalmente se levantó de la cama y se sentó en el borde de esta.

Tras dar nuevas vueltas sobre el colchón, intentando acomodarse sin éxito alguno, finalmente se levantó de la cama y se sentó en el borde de esta

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Molesto, giró su cabeza y miró a la otra cama, donde Kinn dormía plácidamente, a pesar de los nervios que había pasado durante la sesión.

-¿Cómo puedes estar tan despreocupado?- preguntó resignado.

Pocos minutos después y tras sentir un sofocante ahogo, este se puso una camiseta por encima de su torso desnudo y salió a tomar el aire.

La luna, ya estaba en el cielo desde hacía varias horas atrás pues en el reloj marcaban las tres de la mañana.

El escolta entonces caminó por los jardines, hasta que de pronto escuchó una leve melodía procedente de la piscina, así que se acercó.

Sentado en una de las tumbonas, este se encontró a su protegído tocando la guitarra.

...-¿Qué hace despierto?- le preguntó saliendo de las sombras.

-Joder, que susto- habló sobresaltado el joven moreno deteniéndose-¿Acaso quieres que me dé un infarto?

El guardaespaldas se acercó y a continuación se sentó en uno de los taburetes.

-No pretendía asustarlo, disculpe.

-Ok, déjalo...emm, ¿Qué pasa?, ¿Tú tampoco puedes dormir?-Porchay dejó su guitarra en la tumbona al otro lado.

Kim asintió en un suspiro.

-Si, supongo que este sofocante calor tiene la culpa.

El más joven lo miró con pesar.

-Bueno, yo tengo aire acondicionado en mi habitación. A mi no es eso lo que me quita el sueño.

El escolta hizo una media sonrisa.

-Oh si es cierto... entonces, ¿por qué no duerme aún?

Porchay se estiró y a continuación se dejó caer en la tumbona hasta turbarse del todo.

-Emm...supongo que estoy nervioso. Tawan me ha pedido una cita.

-Ah, ¿si?- Kim apretó su mandíbula al escucharlo

-Si. Me ha pedido quedar este fin de semana.

-Le recuerdo que está castigado por su padre- Kim estaba serio de nuevo

4. KimPorchay: Guardaespaldas de un niño rico (KinnPorsche) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora