Capítulo veinticuatro

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En la tarde, Kim estaba en el jardín de la casona, hablando con otro de los guardaespaldas, cuando de repente vio al menor de los Kittisawasd salir muy arreglado.

En la tarde, Kim estaba en el jardín de la casona, hablando con otro de los guardaespaldas, cuando de repente vio al menor de los Kittisawasd salir muy arreglado

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...-¿A dónde se supone que va?

-A casa de Macau- respondió este con desgana

-Creí que esta mañana estaba mal

-Ya me encuentro mucho mejor, así que vamos

Kim lo miró de arriba a abajo con desaprobación.

-Pero quizás sus padres no estén de acuerdo con que usted salga de la casa.

Porchay entonces sacó su móvil del bolsillo, puso el manos libres y a continuación marcó a su madre.

-¿Qué ocurre, bebé?

-Oh nada mamá. Es solo que ya estoy mejor y quería ir con Macau, ¿No hay problema verdad?

-¿Seguro que estás bien?

-Si, seguro

-Prométeme que si no es así te regresarás enseguida y me avisarás.

-Si mamá, lo prometo

-Ok, mi cielo entonces puedes ir.

-Gracias mamá, hasta la noche

-Hasta la noche, cariño.

El joven noreno colgó y a continuación miró a su guardaespaldas con molestia.

-¿Lo ves?, ahora saca el coche y llévame. Macau me espera.

Todo el camino, el escolta sintió los deseos irrefrenables de detender el coche y regresar pues la idea de nuevamente ver a su protegido con su amigo lo tenía al borde de la locura.

Finalmente no lo hizo y cuando llegaron a la propiedad de la familia, rápidamente Porchay salió del coche y corrió a saludar a Macau, quién caminaba muy sonriente hacia él.

Kim aparcó y se bajó del coche, luego caminó tras estos mientras a su alrededor vio a varios escoltas de aquí para allá custodiando el lugar.

-Creí que ya no vendrías- Habló Macau-Que bien que estés aquí

-Oh si bueno-, respondió Porchay- Ya estoy mejor y además quiero ver esos nuevos videojuegos

-Los verás, son increíbles.

Los chicos entraron en la casona y a continuación se sentaron en el sofá, mientras que Kim se puso en una esquina de la sala.

Poco después, una doncella les trajo unos refrescos y unos bocadillos.

-Gracias, Gladis

-De nada, señorito Macau

Durante un buen rato, los amigos jugaron muy entretenidos en la gran pantalla de televisión, mientras merendaron y hablaron de otras cosas.

4. KimPorchay: Guardaespaldas de un niño rico (KinnPorsche) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora