Capítulo dieciséis

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Kinn, Kim, Big, Ken y unos cuatro guardaespaldas más, salieron a recorrer la ciudad en busca de Porcshe.

Los hermanos Theerapanyakul cada uno en una moto salieron delante y a continuación, los demás en distintos coches y en sentido contrario.

Tras separarse por distintas calles, visitaron cada uno de los locales habituales del moreno, los cuales Pol les fue indicando por el teléfono.

Durante horas y sin éxito alguno, finalmente Kinn reconoció la roja moto de este, aparcada en un callejón junto a un pub de las afueras, así que se bajó de la moto y entró.

Era bastante oscuro y deprimente, en nada se parecía a los lugares que había recorrido pero aún así, buscó a su protegido entre las decenas de caras que había allí dentro.

Sabía por Pol, que Porcshe estaba muy acostumbrado a salir de fiesta, beber hasta casi no tenerse y encontrarse con muchos hombres disponibles, por lo que rara era la noche que no terminaba follando con alguno.

Pensar en eso le hacía hervir la sangre y tan solo esperaba que el moreno pensará las cosas dos veces antes de portarse como un despreocupado y caprichoso niño rico.

...-¿Te gusto?, hip- escuchó hablar a su protegido en una esquina, en los brazos de un tipo que lo besuqueaba por todas partes-¿En serio?, hip...

-Oh joder si, te ves delicioso, hermosura

Rápidamente Kinn apretó los puños y tras agarrar al hombre por la cazadora y girarlo, le dio un fuerte puñetazo, el cual lo hizo caer al suelo.

-¡Venga!, ¡corra! -Le gritó entonces a Porcshe mientras lo agarraba de la mano y tiraba de él.

-¡No!, ¡Suéltame!, ¡no quiero!, hip

-Debe regresar a casa, señorito. Este lugar no es conveniente.

-Si, si lo es...anda, bailemos Kinn- balbuceó este abrazándolo

-Sus padres están muy preocupados. No debió salir así, ha sido muy imprudente-le regañó el mayor.

Porcshe hizo un puchero y a continuación soltó una carcajada.

-No te enfades, anda. Diviértete conmigo

-¡Oye estúpido!- escucharon gritar a sus espaldas al tipo de antes -¡sueltalo y búscate a otro!, ¡ese pastelito es mío!

El escolta resopló molesto y tras girarse, esquivó el golpe de este y acto seguido lo volvió a golpear una y otra, vez en la cara y el estómago, hasta que el tipo cayó nuevamente al suelo.

-¡Venga, señorito!, ¡Salgamos de aquí!

-¡He dicho que no!, Hip, ¡No me iré contigo a ningún lugar!, Hip

Kinn miró estupefacto a su protegido, quién se agachó para socorrer al desconocido.

-¿Qué está haciendo?, Maldita sea.

-Eres un animal. Mira cómo has lastimado a Win.

El escolta resopló furioso y acto seguid agarró el brazo de Porcshe con fuerza, lo levantó y a continuación lo sujetó de las piernas para subirlo a su hombro, como si fuera un saco de patatas.

-¡Sueltame, hip!, ¡quiero bajar, hip!, ¡déjame eres un salvaje!

-¡Cálmese!, ¡Me ha obligado, usted no está en sus cabales!

Tras salir del local haciendo caso omiso de los gritos y pataleos de su protegido, Kinn lo llevó hasta donde estaban las motos y luego lo bajó, haciéndolo apoyarse en la pared.

-Joder, ¿está loco?, ¿Cómo puede preocuparse por ese tipo?

-Joder, ¿está loco?, ¿Cómo puede preocuparse por ese tipo?

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4. KimPorchay: Guardaespaldas de un niño rico (KinnPorsche) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora