Capítulo cincuenta y cinco

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Después de haber farfullado y maldecido su suerte todo el trayecto a casa, por contratar a un guardaespaldas abusivo con los menores, Pond salió del coche hacia la puerta principal realmente molesto,

A parte de darle vueltas a lo que Macau le había dicho, este había recordado la vez que se había encontrado a Kim abrazando a Porchay y le habían asegurado estar consolandolo.

En ese momento lo había dejado pasar e incluso le había ordenado vigilar a su hijo las veinticuatro horas, cosa que desde que Macau lo había llamado y puesto sobre aviso sobre las andanzas del escolta minutos antes, se había arrepentido.

Big tras él, le aseguró una vez más, al igual que había hecho durante todo el trayecto de regreso, que no creía que Kim pudiera hacer algo así pues su currículum era intachable, al igual que su comportamiento hasta el momento.

El mafioso soltó un sonoro resoplido, mientras una de las doncellas le abría la puerta, entonces entró como alma que lleva el diablo.

Tanto Koney como sus hijos seguían aún en el salón, entonces Pond preguntó por Kim y Kinn, quiénes habían ido a la cocina.

...-Hablemos en el despacho- ordenó a su familia.

Su mujer entró primero, sentándose en una silla seguido de Porchay y Porsche, los cuales se quedaron de pie, esperando que el cabeza de familia comenzase a hablar.

-Hijo, tienes algo que decirnos a tu madre y a mi-se dirigió este a su hijo menor, mientras se sentaba en el sillón tras el escritorio-no tengas miedo.

Porchay frunció el ceño muy confuso.

-¿A qué te refieres?- preguntó sin saber a qué se refería exactamente.

El mafioso se reclinó en du asiento.

-Hijo, ha llegado a mis oídos una información que bueno...es muy preocupante y quiero darte la oportunidad de que la confirmes, antes de actuar. No quiero que luego me culpes injustamente como con tu difunto ex prometido.

El joven moreno miró a su madre y luego a su hermano.

-Ya sé que tú no mataste a Tawan. Perdóname por haberte culpado, lo siento.

Pond lo miró sorprendido.

-¿Cómo es que..., ¿Acaso sabes quién lo ha hecho?

Este asintió.

-Si. Han sido Macau y Vegas

El mafioso dio un puñetazo a la mesa.

-Ya estás otra vez acusando injustamente. Precisamente ha sido el hijo menor de Kan, quién me ha dado una terrible información acerca de tu guardaespaldas. Ese pervertido, debí encargarme de él en cuanto vi que te tocaba indebidamente. No voy a consentir abusadores en mi casa.

-Cariño- habló Koney acercándose a este- Antes de que acuses a nadie. Deberías saber algo.

-¿Él qué debo saber?, ¿Acaso no es cierto?

Porchay volvió a mirar a su hermano, quién le sonrió y a la par le tocó el hombro.

-Kim no es un abusador. Él y yo...

-Él y tú, ¿Qué?

-S-Somos novios

-¿¡QUÉ!?

Pond se levantó de su sillón en el acto.

-Ellos se aman, cariño, yo los he visto- intercedió la mujer-no hay abuso alguno.

-Y no solo eso- comenzó a hablar Porsche- Kinn y yo... Kinn y yo también lo somos.

4. KimPorchay: Guardaespaldas de un niño rico (KinnPorsche) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora