Capítulo catorce

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En el día siguiente a todo el revuelo ocurrido, Porcshe estaba muy molesto con Kim por no hacer caso a su hermano, provocando que este hubiera hecho tal locura y por consecuencia su padre lo hubiera regañado también.

No tenía el valor de hablarle a este a la cara, por lo tanto se desahogó con Kinn, quién ese sábado por la mañana lo acompañó a hacer sus compras.

El esolta no podía decirle nada, ya que había prometido a su hermano no revelar el secreto de sus sentimientos y empeorarlo todo por lo que solo asintió hasta que su protegido comenzó a enfadarse con él.

...-Vale que mi hermano todavía es muy joven y esta es la primera vez que se enamora pero Kim debería al menos no ser tan frío y distante. Porchay puede parecer duro pero es un adolescente vulnerable en esos temas y tú deberías haberle dicho.

-Ese es el carácter de Kim, siempre ha sido así- excusó el escolta mayor-su trabajo es siempre lo primero, se lo toma muy en serio y nada lo hará cambiar de idea.

-Pero, ¿Qué le costaba ser como tú?... tú siempre me miras cuando te habló, me respondes con normalidad y no como si fueras un robot. Podrías habérselo exigido y todo esto se hubiera evitado.

-Pero yo...

-Ay me provoca abofetearte. Mi padre estaba tan furioso. Me echó la culpa de estar enseñándole cosas feas a Porchay. He estado a punto de decirle la verdad pero al final le no dije nada, por ti. Porque no quiero que dejes de ser mi escolta.

-Gracias, señorito Porcshe.

El escolta terminó por encogerse de hombros pues no sabía con que más justificar que Kim fuera distante con Porchay y no insinuar que era para no evidenciar, el que también se sentía atraído por el más joven.

Aún así, él tenía más experiencia en las relaciones que su hermano menor y por lo tanto no sabía cuanto tiempo este podría ocultarlo, ya que si sus sentimientos se hacían más fuertes, tarde o temprano terminarían por saberse.

Mientras tanto, con mucho esfuerzo Kim amaneció con el propósito de seguir intentando ignorar los sentimientos de su protegido y los suyos propios.

Por su parte, Porchay pareció calmarse un poco, dejando de hacer todo lo posible por lograr la atención de este y no porque se rindiera, sino porque prefirió no provocar una situación que hiciera que Kim renunciara, luego de haberlo escuchado decírselo a su padre.

El chico preferió fingir que todo estaba bien y que aceptaba el rechazo amoroso de su escolta, olvidarlo y seguir adelante, a no verlo nunca más.

El fin de semana pasó, por lo que otro lunes de clases comenzó, en el que subido en la moto, Porchay fue agarrado al cálido y confortable cuerpo de su guapo guardaespaldas.

Eso le provocó que todo su interior se revolucionará de nuevo y todos los esfuerzos conseguidos durante el fin de semana encerrado en su habitación, se fueran por el desagüe.

En la teoría sabía que tenía que acostumbrarse a eso pero la práctica era otra cosa y el ir a todos lados con su escolta, aunque le gustaba, no le ayudaría en lo más mínimo.

Eso sin embargo, no fue lo peor de ocultar pues los celos si eran un problema y estos no se hicieron esperar, ya que a la salida de las clases, Porchay se encontró a este de lo más entretenido, apoyado en la moto y hablando con un par de madres, las cuales se le habían acercado.

Eso sin embargo, no fue lo peor de ocultar pues los celos si eran un problema y estos no se hicieron esperar, ya que a la salida de las clases, Porchay se encontró a este de lo más entretenido, apoyado en la moto y hablando con un par de madres, l...

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4. KimPorchay: Guardaespaldas de un niño rico (KinnPorsche) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora