Capítulo veinticinco

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Porchay no quería ver a Kim, ni tampoco tenía cabeza para los estudios, así que nuevamente la estrategia de alegar estar enfermo, le permitió estar encerrado en su habitación el resto de la semana.

Sin embargo, por sorpresa, el viernes por la tarde, Pond trajo la noticia del compromiso entre Tay, el hijo de su otro socio y Time el novio de este, por el cual se celebraría una gran fiesta en su mansión, el sábado por la noche.

Porchay entonces vio una gran ocasión para distraerse y desmelenarse pues el estar castigado hasta nuevo aviso, no le había dejado mucha diversión.

Este salió de su encierro tras escucharselo decir a su hermano Porcshe, quién había ido a su habitación para hablar sobre el regalo que debía comprarle a la pareja.

Esa noche Porchay se propuso insistirle a su padre para que le dejara ir pero Pond no cedió, ya que le dijo que si estaba indispuesto para ir a clases en varios días, también lo estaría para ir a la fiesta.

El joven moreno se lo pidió entonces a su madre pero esta estuvo igualmente de acuerdo, en que no fuera y se quedará en casa.

Molesto volvió a encerrarse en su habitación y no salió hasta la mañana del sábado y tras buscar a su familia, una de las doncellas le dijo que se habían ido a comprar los regalos al centro.

El joven moreno muy deprimido fue a la cocina y le pidió a la cocinera un gran trozo de pastel, refresco y a continuación se puso a ver la tele.

-Oiga, no debería comerse todo eso, le hará mal en el estómago-le habló su escolta llegando a la sala poco después.

Porchay lo fulminó con la mirada e hizo una mueca de desagrado, luego siguió bebiéndo y comiendo.

-Todavia tengo hambre...oye vete a la cocina y dile a la cocinera que te dé unas galletas y más refresco.

El escolta caminó hasta quedarse frente a este, quién le tendía el plato y el vaso vacíos.

-Yo no soy una doncella, soy su guardaespaldas.

El moreno entonces se levantó y sonriendo con sorna pasó por delante de este y caminó contoneando las caderas hasta la cocina, detalle que no pasó desapercibido para Kim.

-Parece que mi beso le ha dejado con ganas de más. Me ha extrañado mucho en su encierro ¿verdad?- preguntó el guardaespaldas cuando este regresó.

Porchay lo miró con desgana.

-Lo llevas claro, si te crees que tu asqueroso beso provocó algo bueno en mi. De hecho tuve múltiples arcadas y por eso estuve enfermo.

El escolta carraspeó.

-Yo si lo he extrañado. He estado muy aburrido sin poder escucharlo refunfuñar y gritarme todos estos días.

-Tranquilo, he decidido no perder el tiempo con eso, de hecho ya te superé.

-Ah ¿si?

-Si

Kim asintió no muy conforme y a ti seguido se giró hacia la ventana pero entonces escuchó toser a su protegído, quién se estaba atragantado luego de meterse varias galletas en la boca, totalmente frustrado.

4. KimPorchay: Guardaespaldas de un niño rico (KinnPorsche) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora