Capítulo nueve

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En la noche del martes, Pond había quedado en traerse a casa a unas personas para cenar y pasar así una agradable velada con su familia, celebrando una nueva alianza que los haría aún más ricos.

Koney y su hijo mayor los esperaban sentados en el salón muy bien vestidos y peinados, mientras que Porchay todavía no había bajado, a pesar de que su madre le había tocado a la puerta varías veces.

Mientras, en la cocina Kinn junto con algunos de los otros guardaespaldas, cenaba tranquilamente y siendo servido por las doncellas y las cocineras, quiénes estaban bastante atareadas.

...-¿Quieres más, Kinn?, está muy bueno, ¿a que sí?-preguntó May, la doncella de rubio cabello.

-No gracias, estoy bien así.

La chica lo miraba embobada, hasta que de repente Janis, una de las cocineras le tocó el hombro para que volviese al trabajo.

-Vaya compañero... Parece que ya tienes una admiradora-dijo Ken sonriendo con sorna.

El mediano de lo Theerapanyakul chasqueó la lengua quitándole importancia y luego siguió cenando.

-¿Qué pasa?, ¿Acaso no te interesan las mujeres?- preguntó entonces Pol

-Si me interesan como a cualquiera- contestó Kinn con seriedad- pero aquí he venido a trabajar no a encontrar novia.

Su hermano Kim, todavía en la ducha de la habitación,se refrescaba tras haber estado haciendo rondas por los alrededores toda la tarde, luego de haber llegado de recoger a su callado protegido de su instituto.

El reloj del comedor daba las diez de la noche, cuando el veterano mafioso entró de lo más sonriente y saludó con un beso a su esposa y luego con un abrazo a su hijo mayor.

...-¿Dónde está Porchay?- preguntó este con extrañeza

-Debe estar por bajar, cariño.

Pond asintió y a continuación presentó a sus invitados quiénes encantados saludaron a la familia, entregando unas flores a la anfitriona.

Uno a uno se fueron sentando alrededor de la mesa, entonces la mujer llamó al servicio para que fuesen trayendo los entrantes.

-¿Qué hay de Porchay?, ¿Por que todavía no baja?-El cabeza de familia estaba impacientandose.

-Iré a ver

-No, espera-detuvo Pond a su esposa al ver a las doncellas aparecer con las bandejas.

-Samantha...Dile a uno de los guardaespaldas que vaya a buscar a mi hijo- le habló este a una de ellas .

-Si, señor. Ahora mismo.

La chica dejó la bandeja en la mesa y salió del comedor para dirigirse a la cocina nuevamente pero antes de llegar allí, se encontró en los pasillos con Kim, quién iba también.

-Oye, emm...el señorito Porchay todavía no ha bajado y el señor está que trina porque los invitados ya llegaron. Anda ve a ver porqué tarda tanto.

Kim asintió y acto seguido se dio la vuelta y subió las escaleras hasta la planta superior, dónde tras caminar por el largo pasillo, llegó a la puerta del dormitorio de su protegido.

Luego de resoplar, este tocó con los nudillos.

-Porchay, sus padres esperan. Los invitados ya están aquí.

-Vete. Diles que no me encuentro bien.

-Abra la puerta- pidió este

Tras unos minutos en silencio, nada sucedió, así que el escolta volvió a llamar.

4. KimPorchay: Guardaespaldas de un niño rico (KinnPorsche) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora