Capítulo veintitrés

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En la mañana siguiente, cuando todos se despertaron, ya Porchay se había duchado y ya estaba vestido, entonces bajó al comedor, donde las doncellas comenzaban a poner la vajilla y los cubiertos del desayuno en la mesa del comedor.

...-Buenos días chicas- saludó de lo más alegre.

-Bu-Buenos días, señorito-respondieron estas un tanto sorprendidas.

-¿Le falta mucho al desayuno?, tengo muchísima hambre

-Oh no, señorito. Siéntese, le traeremos lo suyo enseguida- respondió la doncella de pelo rubio.

-Oh muchas gracias, May

Ambas doncellas se miraron muy sorprendida por el agradable cambio de este y tras asentir, se fueron a la cocina.

Otros que se sorprendieron fueron Pond y Koney, quiénes saludaron a su hijo y después se sentaron también.

...-Parece que la visita de Macau te ha hecho muy bien. Incluso te ha hecho madrugar y sonreír -habló el cabeza de familia mientras colocaba su servilletas en sus rodillas.

El joven moreno soltó una traviesa risilla pues le hacía gracia que su felicidad por lo sucedido con su guardaespaldas, quién lo tenía muerto, fuera confundido con la visita de un chico que si le parecía guapo y atractivo pero nada más.

-Oh si, es por eso. Ah, por cierto Macau me ha invitado a su casa está tarde, al parecer tiene videojuegos nuevos y quiere compartirlos conmigo pero creo que no iré.

-¿Por qué?, Hijo no seas descortés- dijo su padre fruncióñendo el ceño- Claro que irás, no olvides que es hijo de Kun, mi amigo y socio.

Lejos de molestarse, Porchay lo pensó y finalmente asintió pues sería una buena excusa para volver a poner de los nervios a Kim y que volviera a besarlo nuevamente.

-Ok, iré hoy después de clase.

Porcshe bajó poco después y se sentó a la mesa para desayunar junto con su familia.

Cuando llevó el momento, ambos hermanos sonrieron al ver a sus guardaespaldas entrar para recogerlos y llevarlos a sus clases.

Al llegar al garaje, Kinn como cada mañana puso el casco a su protegido, luego se puso el suyo y se subieron a la moto.

Kim por su parte, se acercó a la otra moto y a continuación cogió su casco para ponérselo pero entonces Porchay le tocó en el brazo.

-Podemos volver a ir en el coche si tú quieres.

El guardaespaldas asintió mientras se ponía unas gafas oscuras evitando mirarle y no mostrarle sus ojeras.

-Como quiera, señorito

Ambos se subieron al deportivo azul, lo cual sacó una leve sonrisa al escolta, detalle que agradó al más joven pues sabía cuanto le gustaba.

-Póngase el cinturón.

-Oh si, claro

Tras encender el motor, Kim arrancó y salieron de la propiedad camino al instituto.

-Oye, emm, ¿No vamos a hablar sobre lo ocurrido ayer?-habló el moreno rompiendo el incómodo silencio a los pocos minutos

Kim se puso tenso.

-¿Hablar sobre qué?

Porchay sonrió tímidamente

4. KimPorchay: Guardaespaldas de un niño rico (KinnPorsche) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora