Capítulo treinta y uno

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Durante toda la tarde, Porcshe, Porchay, Tawan y las otras tres modelos femeninas, llamadas para posar con algunos de los diseños de Koney, fueron saliendo de los vestuarios uno a uno.

Junto al ventanal, al otro lado de la gran sala, algo nerviosos, Kim y Kinn esperaron que el fotógrafo terminara de hacer su trabajo y poder llevarse así a sus protegidos a casa.

Tras pasar dos de las chicas, el primero de los hermanos en salir fue Porcshe, quién tras negarse rotundo a las proposiciones del guapo modelo, vio molesto como este miraba a su hermano pequeño.

Pronto se le olvidó pues luego de sentir la mirada penetrante de su guardaespaldas sobre su cuerpo, solo se centró en ser malditamente sexy y provocador.

Sin embargo, entre cambio y cambio de ropa, el moreno mayor aprovechó para apartar a Tawan de su hermano menor, quién se sentía muy alagado de todos los piropos que el mayor le decía

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Sin embargo, entre cambio y cambio de ropa, el moreno mayor aprovechó para apartar a Tawan de su hermano menor, quién se sentía muy alagado de todos los piropos que el mayor le decía.

Esto no le dejó mucho margen para pensar en los movimientos siguientes que debía hacer y resultar así más sexy y lucido, aunque con lo que hizo, tanto para su madre, como el cliente quedaron muy satisfechos.

Para Kinn en cambio no lo fue tanto pues todo el tiempo apretó sus puños, mientras lo observó insinuante y a además escuchaba los reclamos de su hermano a su lado.

...-¿Me vas a contar de una jodida vez, qué demonios fue lo que pasó entre el señorito Porcshe y tú?- el menor de los escoltas susurró ya cansado de esperar una respuesta.

-Olvídalo, no pasó nada- negó el mayor sin mirarle a la cara.

-¿Nada?, ¿Estás seguro de eso?

-Si, déjalo

Kim resopló molesto.

-No lo creo-volvil a susurrar-¿Cómo conseguiste que se olvidara del alcohol?, ¿Que hicisteis en esa habitación?, hermano, quedamos en que....

-No pasó nada-le interrumpió Kinn entre dientes-solo hablamos y finalmente recapacitó.

-No podemos caer-insistió Kim- casi nos han dado puerta dos veces y no creo que haya una tercera si cedemos ante nuestros instintos.

-Joder ya lo sé- Susurró el mayor queriendo zanjar la conversación de una vez por todas-te digo que solo hablamos.

Kim suspiró resignado pues sabía que su hermano le estaba mintiendo, lo conocía demasiado y sabía lo que este sentía por su sexy protegido, el cual había entrado furioso a la habitación en la que los había visto encerrarse y poco después, había salido con los labios rojos e hinchados.

Por esa razón no podía olvidar que tenían el cañón de la pistola de Pond apuntando a sus sienes y que si seguían por ese camino, fácilmente amanecerían muertos.

Además, estaba al tanto de lo débil que era su hermano en cuestión de amores y el que Porcshe lo rondará y chantajear no le hacía ninguna ayuda.

El escolta menor se consideraba muy fuerte en ese aspecto y aunque había cedido una vez ante los celos que Macau le había ocasionado junto a Porchay, se había propuesto ignorarlos.

4. KimPorchay: Guardaespaldas de un niño rico (KinnPorsche) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora