Capítulo 10

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Sábado por la mañana. Era un lujo seguir envuelta en la calidez de las sábanas de mi habitación. Me levanté a las 11 de la mañana. No había puesto una alarma para despertarme esa mañana. Tampoco importaba. Me levanté lentamente y me fui a la ducha. Un poco de agua refrescante para lograr despertarme completamente. Se sentía maravilloso. Cuando salí, elegí ropa cómoda y recogí un poco mi habitación. Si alguien venía no quería que viera la cama sin hacer...

Decidí bajar a la sala común. Saludé a los compañeros que allí se encontraban y me dirigí a la cocina. Para desayunar opté por una manzana. Me recordaba a mi hermana. Mientras desayunaba, algunos compañeros (Sero y Kaminari) estaban viendo la televisión. Yao-Momo estaba sentada cerca, mientras leía una revista de moda. Según Yao-Momo, los que no se habían ido a entrenar o a dar un paseo, seguían en sus cuartos descansando.

Después del desayuno, decidí iniciar mi búsqueda. Debía encontrar a Sato para saber cómo estaba el pastel de fresa. Salí de los apartamentos, y no me costó mucho encontrarlo. Al parecer volvía de hacer unas compras para poder tener más ingredientes con los que cocinar. Ignoré a qué hora se debió levantar para que le diera tiempo. Corrí hacia el y le ofrecí también mi ayuda, pues llevaba varias bolsas. Además pensé que así podría demostrar mi agradecimiento por su ayuda.

Sato: Gracias por ayudarme Tn. No me gustaría gastar azúcar ahora para llevar esto.

Tn: No es nada. Es mi forma de agradecerte por la ayuda que me brindaste. Por cierto, ¿Cómo está el pastel?

Sato: No te preocupes. Lo revisé está mañana y está perfecto, al igual que ayer. Cuando subamos a dejar esto, si quieres lo puedes comprobar.

Tn: Lo siento... ¡no es que dude de ti! Solo que... es la primera vez que cocino algo decente, y estoy nerviosa por ello.

Sato: No te preocupes, es normal. Con la práctica mejorarás, y ya no te sentirás tan nerviosa.

Le sonreí. Sato era sin duda un gran repostero.

Mientras nos dirigimos hacia la habitación de Sato a dejar las cosas que él había comprado, sentí cómo le llegaba un mensaje a mi teléfono en mi bolsillo. Sin embargo tenía las manos ocupadas en ese momento y no podía contestar.

Quien sea que halla mandado el mensaje puede esperar unos minutos. No creo que sea una situación de vida o muerte.
Al llegar, le ayude a colocar. Sí que había comprado ingredientes... Cuando acabamos me enseñó mi dulce postre. Tan apetecible como el día anterior. Ahora estaba más relajada. Le pedí que lo guardara un tiempo más, y que en unas horas pasaría a buscarlo.

Como ya había acabado mi objetivo de la mañana, decidí ir a mi habitación. Poco después, recordé el mensaje que no había visto todavía, y me apresuré a responder. Era Bakugo Katsuki.

Le respondí

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Le respondí. Sin embargo me dejó en visto pocos segundos después. En verdad, no acababa de comprender a este chico.

POV. Bakugo:

La Hermana de Eri-chan (Bakugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora