Capítulo 22

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Anteriormente...

Cuando por fin quedé satisfecha con lo que había escrito, me dispuse a dormir. Sin embargo, caer en los brazos de Morfeo no fue tan simple está noche, pues cierto rubio ojirubí rondaba por mi mente. Y no ayudaba saber que estaba más al fondo en el mismo pasillo.

[...]

Los rayos del sol se filtraban por la ventana iluminando la habitación. Estaba cansada, y como cualquier persona en esa situación, le di la espalda al sol y me tapé con las sábanas.

No me quería levantar. Seguía teniendo sueño. Ayer me había costado quedarme dormida, y no quería levantarme ahora que ya había conseguido conciliar el sueño. Sin embargo, con mis pocas fuerzas me obligué a abrir levemente los ojos. Las paredes que me rodeaban no eran las de mi habitación, sin embargo eran un tanto familiares.

Luego lo recordé. Lo sucedido la noche anterior inundó mi mente. Ahora tenía menos ganas de salir de la cama...
¿No podía tragarme el colchón y llevarme a un lugar cómodo y sin preocupaciones? Ojalá...

Alcance a ver mi teléfono en la mesita de noche junto a la cama. Lo agarré para comprobar la hora. Las 11:07 am... Poco a poco me incorporé hasta quedar sentada en la cama y en silencio me levanté y me dirigí al baño de la habitación. Decidí tomar una ducha mañanera. Necesitaba agua fría para despertarme completamente. Cuando salí, me vestí con mi ropa y doblé con cuidado el piyama que Mitsuki me había prestado y ordené la habitación antes de salir.

Salí a la sala y pude observar a los señores Bakugo. La señora Mitsuki estaba ojeando una revista de cotilleos, mientras que el señor Masaru tomaba un café mientras leía el periódico. No tardaron mucho tiempo en percatarse de mi presencia.

Masaru: Buenos días Tn, ¿has dormido bien? - dijo mientras apartaba el periódico a un lado.

Asentí mientras le dedicaba una leve sonrisa. Por mucho que no fuera así, me negaba a tener que explicar la razón de mi falta de sueño. Sería un tanto incómodo.

Mitsuki: Querida, siéntate con nosotros y come algo. - dijo señalando un plato de galletas que se encontraba en la mesa. - Espera , iré a traerte un zumo/ jugo de naranja.

Tn: G-gracias...- dije. Aunque no sé si me haya escuchado. De todas formas obedecí y decidí tomar asiento también.

La señora Mitsuki no tardó en llegar con la bebida. La verdad la agradecía era muy fresca y muy dulce. Pocos segundos después todo volvió a como estaba antes. Cada uno en su mundo.

Sin embargo, mi mirada vagaba por la sala y mis pensamientos estaban en las nubes. Katsuki solía madrugar bastante, por lo que su ausencia era muy llamativa. Aparentemente Mitsuki se percató de mis pensamientos. A esta mujer no se le escapa nada, y empiezo a creer que su quirk no es la glicerina como comentó la noche anterior...

Mitsuki: Querida, si estás pensando en Katsuki, hace un rato salió a hacer un entrenamiento mañanero. Dijo que volvería pronto para regresar a la academia. - Solamente asentí. Supongo que era de esperarse. Después de todo, hablamos de Katsuki Bakugo.

Pasaron poco más de diez minutos cuando la puerta principal se abrió.
Katsuki se dirigió a su habitación y cerró la puerta. Pocos segundos después se escuchaba el agua gotear. ¿La ducha? Tn, no pienses en eso. Piensa en cualquier otra cosa menos eso.

Me levanté, y llevé el vaso vacío a la cocina con la intención de que los adultos no vieran el enrojecimiento de mis mejillas, causado por la imagen mental proporcionada por mi imaginación. Allí traté de calmarme rápidamente. ¡Porqué siquiera pensé en esa situación! ¡Maldito cerebro! ¡Funcionas para lo que quieres!

Con mi quirk me enfríe el rostro, con suerte no se notaría. Volví a la sala para que no empezaran a sospechar por mi ausencia. Poco después, se escucharon unos pasos en el pasillo. Por la puerta se asomó Katsuki, quién vestía su típica camiseta negra con una calavera blanca en el centro. Le queda bien ese color... Se apoyó en el marco de la puerta, algunas gotas goteaban por su cabello despeinado. Después exclamó:

Katsuki: Voy a agarrar mis cosas y me voy. Si no estás lista para entonces me iré sin ti. - Dijo y se fue.

Me alarmé pues desconocía el camino de vuelta a la UA. Por lo que rápidamente tomé las pocas pertenencias que tenía ahí. Katsuki no tardó en estar en la puerta principal. Mitsuki y Masaru aparecieron también.

Mitsuki: Ha sido un placer conocerte Tn. Puedes venir cuando quieras. Y si Katsuki te hace algo malo me lo dices. - comentó tranquilamente. Yo simplemente asentí un poco incómoda. ¿Qué más me podría hacer?

Masaru: Tened cuidado en el viaje.

Katsuki: Que sí, que sí. ¿Ya? Adiós. - dijo mientras salía por la puerta y me arrastraba con él. ¿¡Lo de arrastrarme a todas partes ya era costumbre o qué?

Caminamos unos pocos metros así y me soltó. Le seguí silenciosamente. Tampoco sabía que decir para romper el silencio que se había instalado entre nosotros.

Katsuki: Te dije que me vengaría. - escuché. Me volteé para mirarle. Estaba observándome con una sonrisa ladina.

Tn: Ya, ya veo. ¿Satisfecho?- pregunté.

Katsuki: No lo sé. Dime, ¿me volverás a dejar empapado?

Tn: Lo haría una y mil veces más si hace falta. Es más, lo volvería a hacer ahora mismo. - dije sonriendo.

Katsuki: ¡Ni se te ocurra! Acabo de ducharme, no necesito más.

Tn: Sí, se nota. Tú cabello todavía está goteando.

Katsuki: Ya secará. - dijo restándole importancia.

Por diversión, atraje las gotas de agua de su cabello hacia mí. Ahora sí cabello estaría seco. El agua se acumuló en mis manos mientras Katsuki me observaba. Para no desperdiciar el agua, la usé para un árbol del camino. Seguro le vendría mejor que a Katsuki.

Después de eso, continuamos caminando, pero el silencio ya no era como antes. Ahora era un silencio cómodo donde disfrutábamos de la compañía del otro. El tiempo se pasó volando porque no tardamos en llegar a la UA. Nadie había regresado todavía de visitar a sus familias.

Katsuki y yo nos despedimos y cada uno regreso a su habitación. Por mi parte, decidí plasmar todo lo ocurrido en mi diario. Después de todo, los sucesos del día anterior, aún estaban anotados en mi teléfono. Cuando acabé de escribir, guardé el libro, y eliminé lo escrito en el aparato electrónico.

Por aburrimiento, mientras continuaba esperando a que el resto de mis compañeros volvieran, decidí comenzar a ver una serie.
Era de Netflix y Mina la había recomendado. "La asesina del romance". Tenía curiosidad. ¡No me decepciones Mina-chan!



Continuará...

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Gracias por llegar hasta aquí, espero poder actualizarla pronto :)

La Hermana de Eri-chan (Bakugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora