Capítulo 35

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Anteriormente…

Dejé el teléfono en la mesita de noche, me acosté en mi cama y me tapé con las mantas para no tener frío. Mis ojos se cerraban poco a poco, y mis párpados pesaban cada vez más. El rostro de cierto rubio estuvo rondando por mis pensamientos hasta que me quedé profundamente dormida.

[…]

Era un nuevo día, y las clases avanzaron como de costumbre. Tareas por aquí, apuntes por allá, en fin, lo normal. El tiempo transcurrió, y faltaban escasos minutos para la tutoría. Sin embargo, antes de que pudiera comenzar, mi teléfono empezó a sonar. Era una llamada de Mina-chan.

En la llamada…

Tn: ¿Hol-… - no pude terminar la frase, pues me detuve al escuchar los gritos de Mina.

Mina: ¡Tn! ¡Necesito tu ayuda! ¡No encuentro mi pendrive, y ahí tengo mis tareas!- exclamaba Mina sollozando a través de la línea telefónica.

Tn: Oh… Iría a ayudarte pero tengo una tutoría con Bakugo en menos de cinco minutos…

Mina: ¡Por favor! ¡Ven a ayudarme! ¡Entre dos acabaremos antes de buscar!
Mina parecía inquietarse cada vez más. Suspiré.

Tn: Está bien, pero no puede ser durante mucho tiempo…

Mina: ¡Gracias Tn! ¡Eres la mejor! – sonreí levemente, pero debía darme prisa.

Tn: Ahora mismo voy. – dije para colgar la llamada.

Corrí hacia la puerta, pero al abrirla me topé de frente con Bakugo… Ay la que me espera… Le daré una explicación rápida, si se enoja después, le echaré la culpa a Mina-chan por no cuidar sus cosas.

Tn: ¡Hola, Bakugo! ¡Adiós, Bakugo! – dije mientras lo esquivaba, ganándome una mirada de confusión por parte del rubio. – Mina me llamó. Es algo urgente. Enseguida vuelvo. Ponte cómodo. Lo siento. – solté rápidamente para ir al encuentro de la pelirrosa, dejando allí a un confuso Katsuki.

POV Bakugo:

Me dirigía a la tutoría como de costumbre. Llegué a la puerta de su habitación un par de minutos antes de la hora  pero no importaba. Iba a tocar la puerta para indicar mi llegada cuando está se abrió por dentro, dejándome ver a la peliazul. Cuando me vio se puso pálida como si hubiera visto un fantasma.

Tn: ¡Hola, Bakugo! ¡Adiós, Bakugo! – dijo mientras me esquivaba. ¿A dónde carajos iba? - Mina me llamó. Es algo urgente. Enseguida vuelvo. Ponte cómodo. Lo siento. – soltó rápidamente para ir al encuentro de la pelirrosa, dejandome allí plantado.

La verdad no me agradaba malgastar mi tiempo así. Más valía que en verdad fuera algo rápido o me las iba a pagar, tanto ella como la alienígena. Sin embargo, le tomé la palabra y decidí ponerme cómodo, por lo que me adentré en la habitación en la que ya había estado incontables veces.

Dejé mi mochila a un lado y me tumbé en el suelo. Cerré los ojos durante unos segundos, pero una extraña sensación me hizo abrirlos. No estaba cómodo. Tardé en darme cuenta de que estar allí solo me provocaba incomodidad. Tsk…

Intenté olvidar esos pensamientos que comenzaban a inundar mi mente cuando de repente me percaté de algo. Había algo debajo de la cama. Algo que no se distinguía muy bien, por lo que estiré mi brazo para poder alcanzarlo. Lo logré sacar de ahí, pues tampoco estaba a una gran distancia. Era un libro. Más bien un “Diario”, o al menos eso decía la tapa del libro.

Unos recuerdos no muy lejanos llegaron a mí mente. Ya había visto antes este libro, el día que cuidamos a la hermana de la peliazul.

Recuerdos de Bakugo:

La Hermana de Eri-chan (Bakugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora