Capítulo 2

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Las paredes eran blancas, las personas iban de un lado a otro con prisa. A decir verdad nunca me había gustado ir al hospital pero no quedaba más remedio que obedecer, al menos me habían liberado. Según escuché muchas personas habían resultado heridas, más leves o más graves, pero todos pretendían rescatar a mi hermana, pues nadie sabía que ella no estaba sola. Presentía que no era el momento, pero cuando pudiera, haría lo posible para agradecérselo adecuadamente a las personas que nos hayan ayudado.
El detective me dejó a cargo de una enfermera a la cual le explicó mi situación rápidamente para retirarse debido a que tenía asuntos urgentes que atender.

La enfermera me examinó cuidadosamente, no tenía muy buen aspecto honestamente. Mi cabello estaba bastante largo y descuidado al igual que la ropa que llevaba. Mi piel estaba bastante blanca debido a la oscuridad a la que estaba sometida constantemente. Pero a la enfermera le preocupaba más mi fuerza actual, estaba por debajo de una persona de mi edad, y digamos que a pesar de que me daban algo de comer, parece ser que según la enfermera no era suficiente para una joven en pleno desarrollo. Me recetó hacer ejercicio y una mejor alimentación con el fin de mejorar así mi salud. La enfermera estaba a punto de retirarse de la habitación hasta que me escuchó:

T/N: Disculpe...antes de que se vaya. Me gustaría poder ver a mi hermana.

Enfermera: Lo siento mucho, pero su hermana está bajo cuidados médicos, tiene fiebre y de momento duerme. Le prometo que la verá cuando se recupere.

La realidad de la situación en la que se encontraba Eri me dolía, ella seguía sufriendo a pesar de que las circunstancias no eran iguales. Al menos me reconfortaba pensar que los médicos la cuidaban pero eso no desvanecía la preocupación que sentía. Esa noche dormí en esa habitación de hospital. La cama era más cómoda, y la luna me miraba a través de la ventana. Sólo esperaba que pronto pudiera recuperarse. Poco a poco fui cerrando los ojos y caí en los brazos de Morfeo, deseando que todo lo ocurrido no fuera un sueño y que ella estuviera en mejores condiciones.

A la mañana siguiente me levantó la misma enfermera del día anterior, con un desayuno que iba a darme fuerzas y que ayudaría a mi salud. La enfermera abandonó la sala para dejarme tranquila. La comida no estaba mal, pero tampoco tenía demasiada hambre, por lo que comí lo suficiente para que no me reprocharan y decidí salir silenciosamente de allí. Sé que no podía ver a Eri, pero no podía simplemente aceptarlo. Cuando iba por el pasillo escuché una conversación cercana. Un peliverde hablaba con un adulto pelinegro con bufanda, también con ellos se encontraba una ancianita. No le había prestado atención a la conversación si no hubiera escuchado al peliverde pidiéndole permiso al mayor para quedarse hasta que Eri-chan se despierte. La petición fue denegada, pero no podía parar de pensar que él podría saber algo sobre mi hermana, así que cuando pidió ir a ver a un tal Togata, decidí seguirlo.

Escuché al otro lado de la habitación la misma voz del peliverde, hablando con otra persona. Estuvieron hablando de Dones, de un maestro, de sonreír, pero mis oídos prestaban especial atención a cuando hablaban de mi hermana pequeña. No aguantaba más, necesitaba respuestas, y pretendía obtenerlas. Así que abrí la puerta y la cerré detrás de mí tan rápido como pude para no levantar sospechas de personas no deseadas fuera de la habitación. Sin embargo probablemente pareciera estar loca, porque los dos presentes me miraban sin decir nada. La tensión era notable, pero en ese punto no me importaba. Iba a ir directamente al grano.

T/N: ¿Qué pasó con mi hermana?

Ambos parecían no entender nada en ese momento, por lo que decidí ser más precisa.

T/N: ¿Qué pasó con Eri-chan?

Ambos intercambiaron una mirada sin saber que decir, y el peliverde cuyo nombre es Izuku Midoriya, empezó a explicarme cómo es que conocieron a Eri-chan y como fue que la rescataron.

Mirio: Sin embargo, no sabíamos que tenía parientes biológicos.

T/N: Lo imagino...después de todo a Overhaul solo le importaba usar a mi hermana como un arma anti-dones. -Dije con pena recordando el pasado.

Izuku: Pero ahora las dos están bien y no tienes que preocuparte por eso.

Había obtenido las respuestas que necesitaba por el momento, después de todo, a mi me rescataron tiempo después, cuando tuvieron tiempo de inspeccionar el lugar, cuando ya habían rescatado a mi hermana, por lo que tenía dudas al respecto de cómo habían sucedido las cosas. Ahora esas dudas ya estaban resueltas.

Izuku: Ah, lo siento, pero debo irme ya, prometí que volvería a la U.A.

Mirio: Bien, por desgracia yo debo quedarme un día más.

Izuku: Está bien, nos vemos pronto.

Sin embargo antes de dejarle abandonar la sala le detuve.

T/N: Izuku Midoriya, Mirio Togata, ¡muchas gracias por haber ayudado a mi hermana!

Mirio: No tienes que agradecernos.

Izuku: Exacto. Eso es lo que hacen los héroes.

En ese momento sonreí, me alegraba que mi hermanita se hubiera cruzado con gente así, estaba profundamente agradecida.

Continuará...

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Gracias por llegar hasta aquí, espero poder actualizar pronto :)

La Hermana de Eri-chan (Bakugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora