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Un mes y unos cuantos días habían pasado desde que el pequeño lobo Agust convivía con Kim en su casa, no podía explicar lo bien que se sentía tenerlo de compañía, amaba estar con él y aunque fuese un lobo el cariño que le tenía era indescriptible. Sus problemas se esfumaban cuando observaba sus lindos ojos y su lobo aullaba de felicidad, eran sentimientos extraños pero le agradaban.

Aún seguía siendo el mismo alfa de siempre, pensamientos abrumandole día y noche, su amargura reflejada en todo su ser causando terror a cualquiera que lo observase, y si alguien quería pasarse de la raya no dudaba en enseñarle quién era, no temía de nada y de nadie, al menos eso creía. En su centro educativo los rumores maliciosos acerca de su persona se hicieron notar desde el primer día que ingresó allí pero ahora estos tenían más fuerza debido a que alguien juró haber olido un aroma dulce en él.

Kim no entendía de dónde sacaron eso pues no convivía con nadie, salvo Agust, pero este era un simple lobo, ¿no? Restaba importancia a los rumores que se creaban acerca de su persona, pero que las personas intentasen olerlo descaradamente aumentaba su enojo.
Odiaba que no respetasen su espacio personal y pensaba dejarselo claro a cualquiera que volviese a intentar hacerlo.

Apoyó sus codos en la lisa mesa de madera en su frente y pasó sus manos por su cara en clara señal de frustración, era un ejercicio importante y si quería ganarse la vida debía prestar más atención a su estudio, estaba pensando seriamente en arrugar ese papel y mandar todo a la mierda. No planeaba ser un alfa que pasara 24/7 en un cubículo frente a una computadora escribiendo cosas aburridas, en cambio, siempre buscaba algo que hacer siempre y cuando implicase movimiento.

- ¿Necesita ayuda?- Al escuchar esa voz Taehyung cayó en cuenta que hace diez minutos lo que parecía ser un beta se encontraba allí, este miraba al suelo y aprovechó para escanearlo.

- ¿Qué buscas?- Preguntó con su típico tono ronco y frío.

- He notado que no ha hecho el trabajo, pensé que necesitaba ayuda- Habló rápido en un intento de no tartamudear, conocía algunos rumores de Kim mas no esperaba que provocase más terror del que imaginaba.

- Esto aquí- Señaló con su dedo índice el problema, el beta no dudó en inclinarse levemente mientras leía para luego explicarle la situación y como resolver.

- Bien eso es todo, soy Kim Seokjin, a sus órdenes- Habló y luego de recibir un pequeño sonido de aprobación se retiró.

Taehyung aprovechó para soltar un suspiro del cansancio, la tarea no era nada fácil y apenas había entendido, de todas formas no se iba a rendir.0

[...]

El alfa se encontraba comprando comida de cachorros y algunos juguetes luego de haberlos visto en la ciudad, no quiso adentrarse más en esta puesto que le causaba fobia estar rodeado de gente que lo observase bastante incómoda, tenía en cuenta que su olor era más potente de lo normal y a pesar de haber jurado dejar de pensar en eso siempre evitaba salidas de ese estilo.

Aprovechó para pasar por su tienda preferida cuando de arte se trataba, a pesar de no sentirse inspirado se vió en necesidad de comprar algunos lienzos, pinturas y pinceles. Kim amaba todo lo relacionado con la naturaleza pues allí empezó su vida desde cero, incluso recuerda que mucho antes de eso, cuando era un cachorro, su madre lo regañaba al verlo llegar cubierto de barro y pasto, pero siempre se salvaba del castigo puesto que le traía bonitas flores del campo.

Suspiró nostálgico cuando varios recuerdos de su infancia pasaron por su mente, no eran muchos, simplemente desde pequeño aprendió a guardar esos recuerdos en su corazón para siempre, y claro, su madre era su principal recuerdo y aunque no supo nada más de ella hasta ahora recuerda su cálida voz, ella era la calidez y bondad en persona. Era increíble como luego de tantos años podía recordar con claridad su rostro cuando le entregó un ramo de las flores más hermosas de la aldea, claro está que tuvo un precio pues las omegas lo sacaban correteando y más de una vez se pinchó con las espinas.

No le importó nunca, solo quería que su madre estuviese con su típica sonrisa mientras le repetía el buen cachorro que era.

¿Dónde quedó ese buen cachorro?

Sus bonitos pensamientos se vieron interrumpidos cuando la imagen de su padre se hizo presente, él arrebató sus lindos valores y con ellos a su madre, pronto sintió como su pecho se inflaba de impotencia, sin duda si lo tuviese de frente lo arruinaría tanto como él lo había hecho en el pasado.

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L O B I T O ||TAEGIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora