Perfecta para tus ojos ✅ [NUEVA VERSIÓN]

Capítulo 38

Kiraz

Era de ojos azules y pelo rizado, seguramente medía lo mismo que Leo, así que rondaba el metro ochenta y cinco, de hecho, estaba cien por ciento segura, digo, si no fallé con Alex, menos ahora.

—¡Tierra llamando a Kiraz! —una mano se sacudía frente a mis ojos.

—Eres insoportable—protesté acomodando las verduras en lo que él me las alcanzaba.

—Me quieres.

—Nunca dije eso.

—Sé que lo haces—insistió.

—¿Te han dicho que eres muy creído?

—Papá era así de joven, eso dicen, así que.... genética, cariño.

—¿Sabes a qué hora viene por ti? No soporto que estés bajo el mismo techo que yo—bufé hastiada, aunque en realidad no tenía problema, de hecho, me gustaba su presencia.

—Aún no hablas con Leo.

—Eres estupendo evadiendo temas, ¿no, Kerem?

—Otra virtud. ¿Me equivoco?

—¿Me reprocharás?

—Madura.

—Madura tú—le saqué la lengua.

—Mejor maduren los dos, infantiles —apareció Alex junto con Nani.

—Por favor—me puse de rodillas frente a él dramáticamente y junté mis manos—, díganme que no se han acostado, díganme que somos unos vecinos que se llevan bien y que no se dan como cajón que no cierra.

—¡Kiraz! —voceó la mujer.

Alex rió a carcajadas y su hijo también, eran dos gotas de agua idénticas.

—Vamos—agarró las llaves—, te llevo al trabajo—me giñó un ojo.

Me despedí de Nani e intenté hacer lo mismo con Alex, pero éste me rodeó con sus brazos abrazándome. Besó mi frente y pasaron dos cosas.

1) Fue mega paternal.

2) Quería repetirlo de nuevo, me calmaba, como si con eso él diría “todo irá bien”

Ambos nos subimos al coche, su hijo me llevó.

—Avísame si te vas con alguien. Yo vendré por ti.

—Gracias—besé su mejilla—. Adiós, Kerem.

—¡Adiós hermanita! —chilló cuando pasé la acera.

—¡No lo soy!

—¡Pero podrías! —acabó sonriente antes de marcharse.

Ingresé y mi jefe me saludó nada más y nada menos con un:

—¿Está soltero?

—¡Déjenme respirar! ¡Dios! —proferí.

—Le bajas ¿eh? Qué no se te olvide que soy tu jefe.