Perfecta para tus ojos ✅ [NUEVA VERSIÓN]

Capítulo 44

1 día antes

Leo

—¿Todavía aquí? ¿Te quedaste toda la noche?

—No hay nadie en casa esperándome —me encogí de hombros sin quitar la vista de los papeles.

—Ven, Leo—me hizo una seña con la cabeza para ir a su oficina.

Miré a Cleo y ella estaba igual de perdida que yo.

Lo seguí hasta su despacho y cerró la puerta. Me pidió que me sentará y cuando lo hice empezaron todas las emociones juntas, las palabras que salían de su boca no me daban tiempo a procesar todo.

—¿Entonces?

—Acepto—dije sin dudarlo con una sonrisa en los labios.

¿A quién quería engañar? Claro que estaba feliz.

—Menos mal, porque esforzarte tanto y cuando conseguiste lo que querías rechazarlo, es de malo.

—Gracias.

—A ti. Eres el jefe, me jubilo, y estaré con mi esposa y de viaje. Solo no nos lleves a la ruina

Ascendí ¡Al fin tenía el puesto que quería!

Me retiré luego de que me lo pidiera y no podía más de la alegría.

—¡Madre mía! ¡Buenas noticias! Desembucha.

—Lo conseguí—mascullé emocionado para no gritar.

—¡Felicidades!

—No me jodas—sonrió tirándose hacia atrás jugando con su birome.

—Felicidades entonces ¿Cuándo te vas para allá?

—Mañana mismo—dije conteniendo la emoción.

—Entonces dalo todo hoy como subjefe y mañana empezamos como jefe.

¥¥¥

—¿Y Kiraz? ¿Ella sabe? Es decir, es una excelente noticia.

—Llevamos casi una semana sin dirigirnos la palabra.

—Es mejor así, hijo.

—No te entiendo, la verdad. Primero dices que la proteja, no quieres que salga de aquí, y ahora saltas con que es lo mejor y yo que sé.

—Leo...

—Necesito que me digas el motivo. Quiero saber por qué te has alterado tanto con la llegada de la abuela. Por qué andas de bipolar con Kiraz. ¿En qué puto momento pasaste de odiarla a protegerla?

—No me pidas eso. Es....es complejo.

—Siempre supiste quien era. Yo también, la abuela es quien hasta el día de hoy solo la toma como...

—Tu abuela lo sabe, Leo. Siempre lo supo. —me interrumpió.

—Quiero saber el motivo por el cual la has humillado tanto. Papá me contó todo, ¿por qué ocultármelo?