Capítulo 49

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Año actual


Leo

—Todavía recuerdo la tarde en la que él llegó y se llevó a Aimara. Kiraz se quedó escondida con nosotros.

—Años después, Santos nos quitó a Kiraz. Y luego de que murió Aimara, se llevaron a Kiraz. Perdimos contacto durante mucho tiempo.

Mi móvil sonó. Era un número sin registrar. Mientras más lo leía, más me convencía de quién era la persona del otro lado de la línea, así que salí de la casa y atendí con la poca paciencia que me caracterizaba y con el mayor de mis miedos.


¿Qué quieres?


—¿Detecto miedo en tu voz?


—Dime que demonios quieres—mascullé con un nudo en mi garganta.


¿Dinero?


—Me sobra.


—Vaya, que...


—¡Dime qué demonios quieres! Por favor...—susurré deseando con todas mis fuerzas que no le hayas pasado nada.

Lo que quiero lo tengo aquí, frente a mí.


—No las toques—reñí con lágrimas en mis ojos.

Toque, quien tengo en mis brazos es a tu novia, no a la otra. Pero ya, hablando en serio.


Oí el sollozo de Kiraz y eso no hizo más que empeorar mi estado. Iba a matarlo, yo iba a matarlo.


Quiero que me hagas falsificaciones. Quiero una nueva identidad y que me des un pasaje para rajar de este país de mierda.


—No tengo problema.


—Lo sé. Además de eso, quiero que a esta hermosura...

No lo vi, pero pude imaginarme lo que estaba haciendo.

También se lo hagas a Kiraz, irá conmigo.


—No—refuté.


—Lo lamento, pero no sigo tus órdenes.


—¿Gustas dinero? Te vendo hasta mi empresa si quieres, pero no las toques.

Él carcajeo.

Jamás, ni en un millón de años, un disparo me hubiera destruido tanto. Jamás el sonido de un arma me había hecho débil, me habría hecho perder el equilibrio hasta caer de rodillas. El grito de Kiraz es lo último que escuché antes de que colgara la llamada.

—¿Quién era?

Tragué profundo. Cubrí mi cara con ambas manos y me quedé en silencio.

—Leo...—se acercó Henry hasta mí.

—Era él, ¿cierto?

Perfecta para tus ojos ✅ [NUEVA VERSIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora