Capítulo 46

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Leo

Era el primer día como jefe. La alegría que manejaba no tenía comparación alguna. Debía hacer las cosas bien si no quería que me quitasen el puesto.


Tecleaba en mi laptop cuando la puerta fue golpeada dos veces. Deseaba que quien estuviera frente a mí, fuese Cleo, pero no. Tuve el disgusto de ver a mi abuela entrar en mi nueva oficina.


Miré por detrás de ella, el asiento de Cleo sin llenarse, y mi compañero encogiéndose de hombros igual de perdido que yo.


—¿Qué quieres?

—¿Así tratas a tu abuela? —se sentó dejando su bolso en la silla junto a ella.

—¿No viniste con guardaespaldas hoy?

—No—miró el lugar con una diminuta mueca de asco.

—No carezco de paciencia—dije de mala gana—, y tengo muchas cosas que hacer.

—Así que estorbo.

—Como no tienes idea.

—Tú tampoco eres de mi agrado.

—Y aun así tuviste la caradurez de venir hasta mi empresa a hacer, ¿qué?

—Advertirte—movió sus hombros para acomodar su postura.

—¿Sobre qué? —apoyé mi espalda en el respaldar de la silla.

—Sobre tu madre, es un peligro y una mentirosa.

—No, porque tú irradias amor por doquier y eres la reina de la sinceridad.

—No uses el sarcasmo conmigo, chiquito.
Respétame que soy...

—Nadie, no eres nadie. Solo una vieja que hizo que mi madre tuviera un ataque. Solo eres una egoísta que no piensa en nadie más—mascullé sin intención de parar—. Y el respeto, vieja chantajista, el respeto se gana, seas quien seas, la cosa es mutua.

—A ti no te hecho nada—miró sus uñas con desinterés.

—Y no lo harás.

—No directamente, no me conviene—volvió sus ojos a mí—. Pero vas a conocer todo, inclusive quien es la estúpida de Grettel.

—Es tu hija—estaba a nada de explotar.

—Por desgracia.

—¡Largo! —me paré con ímpetu señalando la puerta—¡Sal de aquí y no vuelvas!

—Dos cosas. Toma —me extendió un sobre marrón luego de sacarlo de su bolso—, para que veas quienes realmente son tus padres—al no tocarlo, lo dejó en mi escritorio —, y también decirte que no me caes bien.

—No es novedad, ¿te crees que verte en mi cumpleaños fue con buenas intenciones?

—Inteligente.

—Y tú, loca.

—Y es por eso mismo que vas a aprender a callarte. Cerrar tu asquerosa boca cuando lo dicen.

Perfecta para tus ojos ✅ [NUEVA VERSIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora