Capítulo 56

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Leo

—¿Kiraz? ¿A quién mataste?

—Y escondí el cuerpo.

Mierda.

—Y choqué tu auto.

—¡¿Qué?! ¿Tuviste un accidente?! ¡¿Fuiste al hospital?! ¡¿Alguien te revisó?! ¡¿Por eso estás sangrando?!

—Acabo de decirte que rompí tu coche ¿Y a ti solo te preocupa si me hice daño?

—Tu vida me importa más que cualquier vehículo. Puedo arreglarlo.

—¿La multa? —preguntó cerrando un ojo con miedo.

—Puedo pagarla.

—¿El muerto?

—Tengo contactos.

—Claro, me había olvidado que lo que te sobra es dinero.

Sonreí apenas, bajando la mirada. Cuando la vuelvo a subir, ella tenía sus labios separados, y supe que quería hablar.

—¿Qué sucede?

—Soy Damián.

—¿Qué?

—Maté a un conejo—soltó entre sollozos—. Soy una asesina de animales. ¿Y si tenía familia? ¿Y si había ido por comida para ellos?  ¿Y sí estaba soltero y feliz?

Mordí mis mejillas para no reír, aunque ganas me sobraban.

—No naciste un nueve del noveno mes. Eres presa. Tampoco te llamas Damián y no matas conejos blancos.

—¡Este era blanco! ¡Cómo el del libro!

Miré para otro lado, una más y comenzaría a reír. Sabía que, de hacerlo, no me lo perdonaría jamás, así que debía mantener la postura.

—¿Tenía los ojos rojos?

—¿Cómo lo sabes? —preguntó abriendo sus orbes marrones con pavor—¿Era tuyo? ¿Tú tenías un conejo? ¡Maté a tu mascota! ¡Oh, Dios! Cuánto lo siento.

—No....—intenté decir entre medio de las risotadas—. No tengo un conejo…—seguía—, la mascota que tuve viviendo aquí, era un pez y lo maté porque no supe cuidarlo. Y eso fue hace cinco años. Mark estuvo de testigo.

Cuando me di cuenta de mis palabras, y su nombre, frené. Tal vez mencionarlo fue...

—Cuéntame algo de él.

—¿Ya no estás enojada conmigo?

—Anoche te besé, tuvimos sexo, no quería nada más. Ahora te estoy dando una oportunidad. Tómalo o déjalo.

—Touché. Pero hay un problema. No sé si lo de anoche se lo llamaría tener sexo, no fue tan bueno—vi como palidecía y sus ojos se ponían vidriosos.

—¿Te doy asco? —titubeo poniéndose de pie.

—¿Qué? ¡No! —me recompuse y posé mis manos en sus mejillas—. Claro que no, en absoluto.

Perfecta para tus ojos ✅ [NUEVA VERSIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora