Harrie | J. Álvarez

3. 16:30 PM

30/7/2021
Buenos Aires, Argentina

——— Me miré por decima vez en el espejo y presté toda mi atención para ver si podía notar algún defecto en el delineado, estuve una hora haciendolo lo más perfecto posible porque me temblaban las manos.
Con la ropa no me compliqué tanto, me puse una remera blanca que tenía un diseño de "sunflower vol.6", un cardigan como el de Taylor, un jean de corte recto y converse.

Micaela dijo que no fuera vestida así, me criticó toda la noche anterior -siempre jodemos de esa manera- aunque ella tenía puesto un buzo con una rosa en medio del pecho y una mancha de lavandina atrás que de en serio usa desde primer año de secundaria.

Cuando se hicieron las cuatro sentí ese  tipico dolor de panza cuando tenía muchos nervios. No sé si sentía algo por él, era lindo, alto, gracioso, cordobés y hacía que me sonroje aunque personalmente hablamos una vez; lo escuchaba diciendo las payasadas con su acento y voz.

Juampi me preguntó a dónde iba y le dije que iba a ir a merendar con un amigo, él me miró raro pero no importa porque tampoco es algo que quiero ocultarle y a la vez no quiero decirselo por lo fan de la araña que es.

Julián me mandó un mensaje diciendo que estaba a dos cuadras y yo agarré mi bolso que me tejió mi mami para salir abajo, cruzandome con él sacandose una foto con el seguridad. Sentí demasiada vergüenza al ver que estaba vestido como un fan de anuel -no de manera despectiva obvio- con ropa ajustada y yo grito "harrie" por donde me vean.

Él me vió y sonrió para despedirse de Geronimo, el seguridad que conocía hace meses y siempre nos quedabamos hablando. Me acerqué a Álvarez y lo saludé con un beso en el cachete.

—Que lindo bolso— elogió mirando el accesorio de color verde— Tendrían que usarse más.

—Gracias— sonreí achinando los ojos— Todos son bolsos lindos, pero creo que éste es más cómodo.

—La verdad no tengo idea de cómo es un bolso cómodo— los dos reimos y me indicó donde había estacionado su auto.

Estaba muy apenada porque era obvio que alguna que otra foto iban a sacarme con él e insinuar cosas que nada que ver.

Durante el camino Julián me contó como entrenaba para river, su rutina y las series que estaba viendo, además de mencionar un poco su fanatismo por el hombre araña, exclamando orgullosamente que le dicen "araña".

—No sos de hablar mucho ¿no?— me sacó de mis cortos pensamientos y me miró de reojo mientras seguía manejando— ¿Esa remera es por la canción de Harry? ¿La del girasol?

—Eh...si— miré mi camiseta aunque ya sabía cual era— ¿Cómo sabés?

—Yo...escuché los álbumes— mencionó con vergüenza— Me gustó mucho el segundo, she es mi preferida.

—Que lindo...— sonreí como tonta— Al principio a todos nos gustó fine line pero la mayoría suele cambiarse de bando e ir al primer álbum. Mi preferida es only angel.

—Si la escuché, está buena— terminó de hablar y nuestra conversación un poco incómoda se vió interrumpida cuando llegamos al lugar.

Estacionó a la vuelta y prácticamente trotó para que le agarrara la mano y bajase del auto, yo claramente lo hice, no soy tonta.

Miré a todos lados para arriba enamorada de la arquitectura de Belgrano y mi atención se la llevó un avión que obviamente aterrizaría en el parque aereo. Julián notó lo que hacía y detuvo su paso para observarlo junto a mi.

—¿Te gustan los aviones?

—Sí. Nunca viajé en uno— coloqué mi mano en la frente para tapar el sol.

—A mi me gusta la luna— confesó provocando que yo sonría enternecida mientras miraba sus cachetes rojos— Eh...si, bueno...es muy linda.

—Sí— reí y él siguió caminando junto a mi para buscar un lugar afuera del local.

Las chicas le dijeron que si en algún momento alguien nos molestaba que vayamos adentro sin problema, y claro que le pidieron una foto a Julián. Él se pidió tostados, mediaslunas y café con lehe mientras que yo pedí dos donas y un submarino.

Hablamos de bastantes cosas mientras nos preparaban el pedido y yo noté como la gente se le quedaba mirando con vergüenza de acercarse y pedirle una foto aunque uno de cada diez lo hacía.

Julián es bastante gracioso, por su timidez no dice muchos chistes, pero cuando lo hace me hace reir y eso me gusta. Agregandole que el acento cordobés se me hace algo peculiar y le agregaba un condimento especial a las payasadas que decía.

—Siento que ya te estoy cansando— dice después de contar otra anécdota de futbol que honestamente si me interesaba— Pero podemos hablar de lo que vos quieras, yo te escucho y si sé del tema te respondo.

—No pasa nada, me gusta lo que contas— hago el primer intento de ponerlo nervioso y funciona— Asi que...Julián Álvarez, ¿qué se siente ser campeón de américa?

—Yo...bueno...es...emocionante y...— tarda mucho en terminar una oración y me derrito de la ternura— ¿Es una entrevista?

—Sí— bromeé achinando nuevamente los ojos— ¿Tenés animales?

—Por ahora no, siento que un animal no merece estar con alguien como yo que no tiene tiempo de darle amor— alzó y bajó los hombros un poco triste— Pero la verdad no es algo que me muero por tener, son como hijos y no quiero ser papá todavía.

—Bueno si son como nenes— me acordé del desastre que a veces hacía Peter— A mi si me gustaría ser mamá, más que nada tener ese orgullo de criar a una buena persona y me encanta la idea de llevarlos al jardín.

—Yo creo que serías esa mamá que los compañeros de tus hijos se enamorarían— fue su turno de ponerme nerviosa y tapé mi cara para no mirarlo y a la vez ocultar mi sonrojo— Y no los dejarían en paz con los chistes de mamá.

—Que feo que digas eso— no sé de dónde saqué valentía para mirarlo y hablar— Solamente quería ser una buena mamá y me decís esas cosas.

—Pensé que era un halago.

—Sí, por eso me da vergüenza.

Estuvimos media hora más haciendo payasadas y nos fuimos a caminar para bajar la merienda.

A veces los dos cruzabamos miradas y sonreiamos como si fuesemos una antigüa pareja que todavía estaba enamorada. Sí, yo me ilusiono rápido pero culpemos al hecho de que soy cáncer.

Julián me llevó a casa casi a las ocho de la noche y nos despedimos con un beso en la mejilla y con él diciendo que arreglemos otro día para una segunda cita, yo ni siquiera sabía que eso era una cita.

Entré al departamento y vi a Oscu sentado comiendo fideos con mi hermano, para mi ya era normal que Juampi se junte hasta con Coscu asi que no me ponía nerviosa o les pedía foto.

—Jaz tiene novio, Jaz tiene novio— cantaron los dos a la par.

—¿Vas a comer o ya comiste?— bromeó mi hermano y su amigo se rió— ¿Cómo te fue?

—Bien— respondí simple— Voy a estudiar.

Los dos se despidieron y yo no les respondí porque ya me distraje mucho durante todo el día.

Aunque la verdad era que tenía arañas en el estomago y no podía concentrarme.