40. 22:00 PM

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3/12/2022
Doha, Qatar

——— Otra vez en una cancha, pero ahora con la tristeza de no poder ver a Harry Styles en mi país.

Compré entradas para las dos fechas y a ambas se las regalé a dos chicas que siempre me comentan cosas lindas y son fans de él. Julián incluso me ofreció pagarme el viaje para ir a verlo, pero quería verlo a él jugando y además me mataban si los dejaba acá porque me usaban de cábala ahora.

Hoy tuve la suerte de que mi hermano y mi cuñada se consiguieron entradas atrás de mi asiento que sigue siendo el de la escalera.

Honestamente el nudo en mi gárganta crece cada vez que ganamos un partido. No es por mi; es por ellos, no considero ser lo suficientemente buena para acompañarlos en ese sentimiento de derrota. Si me dieran a elegir entre no clasificar o no ganar la final; elijo no clasificar mil veces y no sé por qué ni cómo explicarlo.

Hay cosas que me gustaría que sucediecen y otras que no, todas tienen el mismo motivo en común: Julián.
Creo que daría todo de mi para que algunas situaciones nunca se viviesen por él, lo último que desearía es verlo sufrir, aunque supongo que en todas las parejas pasa eso, no sé cómo explicarlo, pero si me dijesen ahora mismo que tengo que jugar en su lugar todo lo que queda del mundial; juego los noventa minutos como si fuese Messi si es necesario. Solo por él.

Últimamente no pienso mucho en el tema de mi papá o de mi familia, no es que no me importe; es que empecé a pensar que no todo tiene que girar alrededor de los problemas y que también tengo derecho a vivir lindos momentos con mi novio e incluso sola. Claramente todavía siento la culpa de no irlo a visitar en vida o muerte, pero a la vez pienso que ya está, no puedo volver el tiempo atrás y es solo cuestión de tiempo para aprender a sobrellevarlo porque sé que nunca lo voy a superar.

—¡La harrie la la la la la!— cantaron los hinchas nuevamente provocando mi risa.

—¡Si ganan la copa entregale el orto a la araña!

—¡Vas a tener a sus arañitas!

—¡Te amo, watermelon!

Escuché entre demasiadas cosas, algunos me parecían desagradables, pero son tan creativos con las pelotudeces que dicen que son graciosos y encima simpáticos.

La avalancha de fotos llegó hoy también, a algunos ya los conocía y pude acordarme de sus nombres por mi don de memorizar la mayor parte de mi vida. Suelen decirme que más me vale terminar con Julián después del mundial si es que lo pensé.

En ningún momento llegué a considerar la separación. A ver; es hombre, a veces dice cosas medio raras, es tarado y peleamos, pero supongo que de esa araña me enamoré y no tengo planeado desenamorarme.

Ya me memoricé la presentación de ambos paises y los cohetes muy luminosos. Mi parte preferida es el himno desde que me contaron que en la concentración de la copa américa dijeron que había que cantarla con sentimiento y no aguantarse.

Mi novio orgullosamente es titular y no hay nada que me ponga más feliz en el mundo que ver su cara cuando me dice que va a estar entre aquellos once. Sonreí al verlo con su expresión seria, es gracioso tenerlos a todos ahí pareciendo los humanos más serios de todo el mundo y en verdad la mayoría son unas galletitas de chocolate.

Los primeros minutos comenzaron, no la pasé nada bien porque si bien tenía a mi familia atrás y de vez en cuando me hablaban; al lado mío habían dos australianos que no dejaban de insultar en inglés apróposito.

Harrie | J. ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora