51. extra IV

2.6K 270 57
                                    

"PATERNIDAD RESPETUOSA"
narrador omnisciente

——— SER PADRES PRIMERIZOS DEBE ESTAR EN UN TOP DE COSAS MÁS DIFICILES EN LA VIDA, uno no sabe qué hacer, decir o cómo actuar ante determinadas situaciones. Tanto para varones como para mujeres es cómplicado expresar y entender sentimientos.

Lionel, a sus tres años de edad estaba en la etapa de nene caprichoso que descubría nuevas cosas por su cuenta. Jazmín y Julián no entendían en qué momento sucedió eso, pero estaba pasando.

Durante una salida familiar de los tres, Leo tuvo un capricho con un autito de transformers. Obviamente que sus papás podían pagarselo sin problema, pero el tema ahí es que en cada acción/decisión que hacían trataban de que sea enseñanza para su nene.

A Lionel no se le pegaba, no se le gritaba y mucho menos se lo zamarreaba como ambos acostumbraron de chicos. Aunque claro; hoy en día se válidan muchisimo más los sentimientos de los niños cuando antes ni siquiera se los tenía en cuenta.

Un pesado suspiro cansado salió de la pareja de padres al ver a su hijo tirado en el piso llorando desconsoladamente. Algo que nadie cuenta en libros de maternidad es que ese llanto era demasiado contagioso, como una cebolla abriendose sola y dependiendo la personalidad de ella el momento en el que lo hace.

Jazmín, rendida; apoyó sus rodillas en el suelo sin importarle la gente y se acercó a la luz de sus ojos para alzarlo y envolverlo en brazos. Julián, por su parte, decidió ponerse de cuclillas sobando la espalda de su primogenito y colocando su mano libre en la pierna de su mujer.

—Ya sé que querés el juguete y te duele mucho no tenerlo, mi amor, pero a veces no podemos tener todo— habló la mujer con un tono de voz tan sereno que era tránquilizador hasta para su marido— Vos tenés muchos juguetes espérandote en casa, ¿y si se ponen celosos? ¿No pensaste en eso?

—¡Quiero ese!— exclamó el mini-Álvarez en medio de un fuerte sollozo.

—Mirá si hay otro nene que está buscando su regalo de cumpleaños y quiere ese autito, hijo— fue el turno de Julián se hablar— Mami y papi están felices de jugar con todos los juguetes que tenemos en casa, ¿vos no?

Un asentimiento después de recapacitar como un adulto se hizo ver. El llanto de Lionel disminuyó en cuestión de segundos y fue una paz para sus progenitores que odiaban verlo sufrir por cositas chiquitas, pero eso es lo que lo hace niño y lo que ellos extrañaban; tirarse al piso para llorar cuando algo los frustraba.

—¿Qué te parece si comemos un heladito y vamos a jugar a los superhéroes a casa?— ofreció la castaña con una sonrisa que enterneció a su enamorado.

—'Nilla— pidió el menor levantandose de los brazos de su madre mientraa se secaba los cachetes.

—Ya sabía que querías de vainilla, viste como te conozco— Capella soltó una dulce risa en dirección a su bebé— ¿Y papá que va a pedir?

—Frutilla— la expresión de asco de Lionel se ganó una mala mirada de Julián. Era normal que madre e hijo se burlaran de los gustos del varón más grande y que éste les pusiera mala cara, pero después de todo era el chiste de la conversación.

Un helado y unas risas más tarde pudieron llegar a su hogar que siempre tenía fanáticos del Mancity, River, Harry Styles y Argentina espérandolos para una foto con la falilia. Adentro tenían un disfraz de superhéroe listo para que Leo hiciera su gran acto de salvación.

Hace poco falleció su gathijo Peter Parker, fue un dolor para toda persona que tuvo la fortuna de compartir con él. Aunque claro; Sirius como su mejor amigo fue el más afectado, a veces comía, a veces no y se la pasaba espérando a su hermano en la puerta de entrada.

Jazmín tenía un horrible dolor en el pecho, ver la pequeña tumba de Peter en el patio le rompía el alma, pero a su vez agradecía tener ese espacio para ir a ver a su primer bebé y el que estuvo presente en su relación. Todavía recordaba con mucha nostalgia los días que pasaban ella y su pareja acostados con Peter y Sirius en medio, cada vez que repetían esa tradición se le escapaba una sonrisa al revivir esos momentos.

Solo que ahora el pequeño Peter era un bebé de tres años con la personalidad más dificil del universo.

A las nueve de la noche hicieron dormir a su hijo y por fin tuvieron el descanso en su pieza con Sirius acompañandolos. Julián jugaba "Plantas vs. Zombis" y Jazmín leía algún libro infravalorado que encontró en una caja de ofertas.

—Se calmó rápido hoy, ¿no?— el jugador del Mancity pausó su juego para charlar con su mujer— Me da miedo que crezca tan rápido.

—Si, a mi también— fue el turno de Jazmín de marcar la página y dejar el libro en su mesita de luz— No quiero que sea adolescente y crea que no lo amamos.

—Yo menos— soltó un pesado suspiro, acomodandose en el pecho de la castaña— Amo a Leo, pero extraño nuestra vida de antes.

—Ya sé— acarició el pelo de Julián con cuidado— ¿Te acordas de cuando nos sentabamos en el balcón a tomar tereré con chisitos?

—Y Peter nos miraba con una cara de culo impresionante— ambos rieron a la par, con un toque de tristeza acompañandolos— No puedo creer que eso se terminó.

—Así es la vida, maricón— se burló de su pareja que parecía querer llorar mil años sin parar— Te amo, cara de ñoqui.

—Fua, hace cuánto no me decías así, cara de batata— levantó su rostro para darle un tierno beso a la contraria— Te amo mucho más, harrie.

Un estruendo los hizo desviar su atención a la puerta de la pieza, incluso Sirius alzó sus grandes ojos verdes para espiar de qué se trataba. Para su fortuna solo era Lionel con un semblante triste y su peluche del Hombre Araña, cortesía de sus tíos Valen y Enzo.

—Pis— apenas pudo decir de la angustia que sentía en su interior— Perdón.

—No pasa nada, hijo— Julián rápidamente se paró de la cama para alzarlo sin miedo de mojarse él también, o bueno; sin asco— Son cosas que pasan, ahora limpiamos y listo.

—¿No querés que vaya a lavarlo y vos cambias las sabanas?— la castaña amagó para imitar la acción de Álvarez.

—No, amor, tranqui— le dedicó una sonrisa y caminó hacia el pasillo— ¿Quién es el nene más lindo de todo el mundo?

—Yo— desde la pieza de la pareja se oía la conversación de padre e hijo que Jazmín tanto amaba— Papá araña.

Lionel apuntó emocionado el cuadro tan mitico de Julián con la máscara de Spider-man colgado cerca de la pieza del nene.

En éste universo criar a Lionel a veces era cómplicado, pero quizás en otro universo tuvieron a Carolina y es el triple de dificil.

Harrie | J. ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora