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4/12/2022
Doha, Qatar

——— Julián tenía el día libre por estar con casi una semana de descanso después de pasar a cuartos de final, asi que me invitó a salir a comer con la excusa de que hace mucho que no tenemos tiempo para nosotros solos.

La noticia del australiano que me pegó ayer fue un completo escandalo, al pobre hombre lo quemaron de todos lados y hasta encontraron información que de seguro ni él sabía; como que abandonó a sus hijos para venir a Qatar o debe medio millón de dólares. Por suerte un hombre de bien y que sabe manejar su vida.

La reacción de Julián ni les cuento, estuvo a nada de irlo a buscar y cagarlo a piñas con algunos de sus compañeros. Hasta el mismisimo Messi mandó a decirme que si quería averigüaba quién era y hacían algo al respecto sin ejercer violencia.

Pero volviendo al tema; yo odio lo que son los restaurantes caros y todo eso, asi que mi novio decidió que fueramos a caminar por ahí y comieramos algo en algún puesto de la calle.

—¿No te duele?— preguntó una vez que emprendimos camino de la mano.

—No, tranqui— le di un beso en el cachete— ¿A vos no te duele ser tan lindo?

—Y...a veces cuesta— se hizo el agrandado y rodé los ojos— ¿Qué querés comer, amor?

—No sé— miré a todos lados para buscar una idea— Allá venden panchos comunes y los míos.

Al final estando en Qatar, un lugar hermoso con comida rara, pero con buena pinta; terminamos comiendo panchos sentados en el cordón de la calle mientras criticabamos a algunas inocentes personas que pasaban por ahí.

—Ese hombre no quiere vivir más— apunté disimuladamente a un señor que estaba con su mujer.

—Y ella tampoco quiere que viva más— respondió y reimos sin aguantarnos— Ay dios...nosotros no vamos a ser así de grandes, ¿no?

—¿Cómo que así de grandes?— fruncí el ceño, ya sabía a qué se refería, pero quería volver a escucharlo soñando con tener un futuro juntos.

—Que yo sea insoportable y vos me odies— me miró para después apoyarse en mi hombro y que lo abrace.

—Yo nunca te odiaría, Julián Álvarez— respondí mientras mordía mi pancho— ¿Cuántos hijos querés tener?

—Y los que vos quieras, es tu cuerpo no el mío— exclamó con total tránquilidad y completamente convencido de que ibamos seguir en pareja durante muchos años más.

—Yo quiero dos— conté con emoción— La nena se va a llamar Carolina y elegí vos el nombre del varón si querés.

—Mmm...Lionel— pensó y dijo provocando mi risa, aunque yo elegí el nombre de una canción de Harry y Taylor.

Terminamos de comer los panchos y nos levantamos del cordón para seguir recorriendo el lugar tan lindo que era Qatar. Lo malo son lo helados que vienen con personas graciosas que hacen que me exaspere.

Dios a veces escucha y a veces no; hoy fue una de esas que no me escuchó porque mi novio fue emocionado a comprarse uno de esos por el show. La gente turista y local reía al ver la cara de Julián al desesperarse por no poder agarrar lo que compró.

—¿Cómo le digo que ya me cansé?— volteó a verme.

—Jodete, vos quisiste venir— alcé y bajé los hombros sin borrar mi malvada sonrisa.

Al final le dió el helado de chocolate y llegó mi turno, con la diferencia de que pude sacarle charla al heladero.

Where are you from?— cuestionó con su acento marcado, demostrando que no era de ni más ni menos que de Qatar.

Argentina.

—Oh, you get angry easily— bromeó y una ronda de risas resonó alrededor del puesto— And you have the goat.

—Do you love Messi?— pregunté rezando para que hiciera lo que hizo; asentir.

Empezó con su tipico show de no darme el helado por algunos segundos que hicieron que mi paciencia llegue a su limite.

If you don't give me the ice cream, you hate Messi— el chico me dió rápido el helado.

I can't against that— levantó sus brazos en forma de rendición— Good play, you're funny, mrs. Álvarez.

—Thanks, you too— le sonreí agarrando otra servilleta que me pasaba— Good luck, mate.

Agarré la mano de mi chico para continuar nuestra gran aventura por esas calles aún desconocidas para nosotros, hablamos de pelotudeces y lo que hacemos siempre; criticar personas que no conocemos.

Pidieron fotos y mi rol de fotografa que tanto había extrañado volvió, además de que me pidiesen fotos a mi también. Nos cruzamos los chicos que me defendieron de los australianos y nos quedamos hablando un rato con ellos.

Para más tardar las doce de la noche nos volvimos al hotel donde estaba la familia de Julián y nos quedamos media hora a tomar unos mates antes de irnos a dormir. Mi novio hoy iba a dormir con nosotros y mañana se va a su hotel con sus compañeros.

En lo general mi pareja y yo pasamos nuestro tiempo jugando al uno o al jenga, la mayoría de veces gana él y me término enojando o gano yo y se la aguanta. Nunca que vamos a hacer cosas que una pareja normalmente haría como tener relaciones, pelear por mensajes de terceros, pelear porque mis suegros no me quieren, hablar de que capaz no vamos a durar o hacernos regalos por el mes o el año que llevamos juntos.

—¿Y qué harías si yo me transformo en el pombero?— cuestionó jugando con mi mano mientras mirabamos el techo.

—Me enamoraría más de vos— lo molesté solamente para escuchar su risa— Team pombero forever.

—Para mi es el mejor— exclamó con total seriedad como si fuese un tema discutible— Te amo, hermosa.

—Que gay— respondí y me empujó despacio— Otra vez la teta no, porfavor.

—Si te pego la teta ésta vez te la reviso yo, vos quedate tránquila— ahora fue su turno de molestarme y que yo lo empuje— Ay, pero por qué te ponés así si te gusta cuand-

—También me gusta el silencio, soy amante de eso.

🏆🏆🏆

Por si no sabían yo me llamo jazmín y le puse mi nombre al personaje porque no sabía qué nombre ponerle 😘

Harrie | J. ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora