2. Martín

1.4K 104 117
                                    

- Se llama Martín – Me dice Joe

Martín.

Saboreo su nombre en mi mente mientras lo miro.

Su compañero de lentes le dice algo y él se ríe bien fuerte. Le da un golpecito en el hombro al otro mientras ambos se carcajean.

Me da ganas de reír verlos reírse así, aunque ni siquiera sé qué es lo gracioso.

Extraño ser así con las chicas, porque a excepción de Hanna, todo se ha vuelto tenso y difícil entre las 4.

Todas comemos muy poco y bebemos demasiado. Siempre hay una fiesta, una raya de coca, un trasnocho y una resaca.

Siempre hay un chico. O una chica. O ambos.

Siempre hay algo que parece importar más que todo lo que solía, y últimamente solo quiero olvidarme del hecho de que vivir nuestro sueño no ha resultado en absoluto como lo imaginamos cuando la ilusión de la música nos unió.

Así que tomo un sorbo más grande de mi margarita, porque la felicidad tiene que venir de algún lado, y el tequila es una opción tan buena como cualquier otra.

O eso me digo, hasta que el ladrón levanta la mirada y me ve.

Sus ojos se traban con los míos y me atrapan, y la intensidad en su mirada hace que mi cuerpo se sienta cargado de electricidad, como si su piel chispeara simplemente por estar bajo su mirada.

Levanta la mano y me saluda, con una sonrisa residual todavía en su rostro.

Levanto mi copa, y le ofrezco un brindis al aire, que me devuelve con un gesto de su botella de cerveza.

Alguien lo llama y se vuelve, aunque me mira sobre su hombro una última vez antes de darle su atención al tipo que lo llamó, que creo que es su stage manager.

- ¿Vas a ir a hablarle o qué? – Reniega Joe a mi espalda

Estoy a punto de decirle que yo no voy a los tipos, sino que ellos vienen a mí, pero me detengo.

Hay algo sobre el ladrón que me cautiva profundamente, y quiero saber un poco más sobre él.

Quiero que me dedique esa sonrisa con hoyuelos otra vez.

Quiero estar segura de que vi bien el color de sus ojos, y si de verdad son del tono del caramelo fundido.

Así que asiento.

- Supongo que lo haré

Tomo otro sorbo de mi bebida, y el tequila y el limón disuelven algo de la sensación extraña en mi estómago.

No son nervios.

De ninguna manera.

Solo es un tipo. ¿Por qué iba a estar nerviosa?

Yo soy Kat Kiss. Los hombres se ponen nerviosos cuando yo los miro, y se portan como cachorros por una pizca de mi atención.

Entonces, ¿por qué estoy atravesando la pista de baile y yendo hacia donde está él?

Estoy a punto de dar media vuelta y dejar de actuar tan extraño cuando él se vuelve y me mira. Sonríe de nuevo.

No sé si es que no entiendo su juego o si de algún modo no tiene ninguno, porque no me hace darle el punto de obligarme a acercarme a él, sino que se aleja de su grupo y me encuentra casi a mitad de camino.

- Hola otra vez, Margarita – Me dice, con esa sonrisa bonita

- Hola, ladrón – Le digo, sonriendo de vuelta – Parece que se están divirtiendo ahí – Le digo, y hago una seña con el mentón hacia sus compañeros, que se siguen riendo a carcajadas

Buenas noches, ladrón » Martín Vargas (Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora