- Hola, Laurita – Me saluda Nana cuando me ve entrar al Nana's
Son más de las cinco de la tarde y tengo tanta hambre que podría caer desmayada en una mesa.
Mis dedos palpitan por todo el tiempo que pasé ante una máquina de coser, y el resultado me sigue pareciendo horrible.
No estoy conforme con nada de lo que he diseñado, y tengo una entrega en 3 días que debería estar más avanzada de lo que está, pero es obvio que estoy bloqueada y quedarme cosiendo en la universidad solo viendo las mismas 4 paredes no me está ayudando a inspirarme.
- ¿Por qué haces mala cara? – Me dice Nana con una sonrisa.
Me dejo caer en un banco ante la barra y suelto mi mochila de mala gana en el suelo.
- Aliméntame, Nana. Estoy fracasando con mis tareas y quiero llorar – Me lamento mientras apoyo la cabeza dramáticamente en la barra
Nana me acaricia el pelo cariñosamente mientras se ríe en voz baja.
- Hice pasta, ¿quieres un poco?
- Dios, sí
- ¿Con ensalada?
- Con todo lo que tengas – Asiento alegremente
- Lo tienes, cariño – Me dice Nana con una sonrisa mientras le hace una seña a una de las chicas que están de turno para que se quede frente al mostrador mientras ella se dirige a la cocina.
No mentiré diciendo que no me encanta un montón que me consienta tanto que le guste cocinarme ella misma en lugar de dejar que lo haga el cocinero de turno, aunque también me hace extrañar un poco a mi mamá.
- ¡Oye, Nana! – La llamo antes de que atraviese la puerta que da acceso a la cocina
- ¿Qué pasa, cielo?
- ¿Dónde está tu nieta? Hace una eternidad que no la veo
"Una eternidad" son los 4 días que han pasado desde que la ayudé a hacer su tarea de matemáticas, pero estoy tan acostumbrada a cruzármela por ahí y charlar un rato con ella que es raro que haya pasado tanto tiempo sin que nos veamos.
Siento un vacío extraño por el hecho de que hayan pasado días enteros y ella ni siquiera me haya escrito un mensaje.
- Estaba un poco liada con cosas de la escuela porque tuvo algunos exámenes, y ya sabes como es. No para hasta que todo no es perfecto – Dice Nana, rodando los ojos
Le respondo con una sonrisa, aunque ahora estoy enojada conmigo misma por sentirme tan extraña porque una persona que estudia y atiende su propio negocio no ha estado tonteando por ahí durante 4 días.
Es una mujer ocupada, y yo también lo soy.
No podemos estar tomando batidos y perdiendo el tiempo por siempre.
Suspiro luego de regañarme a mí misma y saco mi bitácora de mi mochila a ver si logro dibujar algo que me inspire lo suficiente.
Trazo el figurín rápidamente, pero al momento de ponerle algo encima, solo me quedo moviendo el lápiz de un lado a otro sin mucho sentido.
Todavía estoy más o menos en eso cuando mi comida llega, y empiezo a comer con una mano mientras con la otra dibujo cualquier cosa.
- Eso es muy bonito – Me dice Nana apreciativamente
Me meto un bocado de comida a la boca mientras reviso lo que dibujé sin darme cuenta.
Es un vestido de coctel bastante retro, con una falda acampanada que parece hecha con pétalos de flores.
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Buenas noches, ladrón » Martín Vargas (Morat)
أدب الهواةSolo un beso, fue lo que te prometí. Uno solo. Pero esto es más que un beso, ladrón. Algo pasa entre los dos, y no podemos negarlo....