Cuando están juntos, Kat y Dante hablan hasta por los codos.
No estoy segura si quiera de que se escuchen uno al otro.
Me gusta mirarlos, porque ella parece radiante, feliz y natural cuando está con él, como si no tuviera que cargar el peso de esconder su versión pasada y vivir bajo el caparazón de su versión actual.
Me doy cuenta de que no está tan tranquila con nadie más, y me hace sentir un poco nostálgica saber que hay un montón de capas de ella por descubrir, y tal vez me voy a quedar en la superficie.
Siempre pensé que había una conexión particular entre las dos, pero viéndola reírse y compartir anécdotas con Dante, noto que a lo mejor no era para tanto y he estado viendo lo que quería ver.
Ellos ni se dan cuenta de que me quedo un poco rezagada mientras caminan por la acera con sus brazos entrelazados.
He estado en Nueva York muchas veces, y aunque ha sido mi casa por varios meses ya, todavía me parece una ciudad muy mágica, así que me distraigo un poco mirando las luces y la gente que camina por la calle.
Estamos en una zona de bares y restaurantes de moda en Broadway, y la explosión de moda y estilo me hace desear haber traído mi cámara para capturar los cuadros únicos que veo pasar ante mis ojos, iluminándose por las luces de la calle y las marquesinas de los negocios que transitamos.
Los chicos van enfrascados en lo suyo, mientras Dante cuenta una historia sobre su última gira.
Su carrera como solista va muy bien, aunque aún está haciendo venues muy pequeños, pero está feliz haciendo la música que quiere. Hablan acerca de un montón de gente de su crew que no conozco. Alguien llamado Santi es el ingeniero de sonido de Dante, y se llevan super bien y tienen aventuras locas y emocionantes, aunque solo escucho una parte porque no solo no conozco a nadie de esas personas, sino que claramente la conversación no me incluye, y estoy un poco distraída en mi mundo personal de todos modos.
Tomo un par de fotos con la cámara del celular mientras los sigo hacia un bar pequeño y de apariencia acogedora.
Un pequeño neón azul indica que se llama El bar sin nombre.
Los chicos avanzan con paso decidido hacia la barra, saludando por su nombre a algunos meseros y a personas que se cruzan por ahí.
Es la primera vez que veo a Kat ser tan abierta y sociable en público, y no quiero que mi estado de ánimo nostálgico arruine su momento, así que me quedo atrás de nuevo examinando la exhibición imponente de púas de guitarra que hay expuesta en un cuadro junto a la puerta.
No tengo idea de quienes son la mayoría de las personas cuyos nombres están inmortalizados aquí, pero me gusta el detalle de que, incluso si no son grandes nombres de la industria, este sitio los recuerde con cariño.
Miro hacia la barra, y me doy cuenta de que Kat y Dante ya no están ahí, sino inclinados junto al pequeño escenario que hay en una esquina del bar, charlando con un grupo de personas.
Juego con la idea de solo largarme, pero no quiero ser grosera y despreciar el hecho de que me invitaron, así que me dirijo a la barra y pido una Coca-Cola, porque no quiero tener alcohol en mi cuerpo por si debo tomar el metro para volver.
El bar definitivamente no es el más elegante ni el más cool de la zona, pero tiene un ambiente que evoca el viejo Hoollywood, con una luz amarilla cálida y agradable, y una barra de cedro que hace que todo el local huela a madera y a espuma de cerveza.
- Hey – Doy un salto cuando una mano fría se apoya en mi hombro, y subo los ojos para ver a Kat de pie junto a mí
- Hey
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Buenas noches, ladrón » Martín Vargas (Morat)
FanfictionSolo un beso, fue lo que te prometí. Uno solo. Pero esto es más que un beso, ladrón. Algo pasa entre los dos, y no podemos negarlo....