30. Pesadilla

472 40 77
                                    

Subo al escenario la mañana siguiente en Tennesse frotándome los ojos.

Dormí 5 horas completas, lo que es una gran noche de sueño tratándose de mí, pero aún así toma algo de nuevo ajustarse de nuevo a la rutina de la gira.

No mucha gente sabe que los buses de gira no tienen duchas, así que realmente todos nos quedamos sin bañarnos hasta que llegamos a los venues, en donde usamos los baños de los camerinos.

Todavía tenía un poco de sueño cuando sentí que los chicos del crew empezaban a salir, y hay pocas cosas que valore más que un solo minuto más de sueño, así que heme aquí, listo para montar mi set sin haberme duchado.

Solo me cambié la camiseta con la que dormí, pero es muy claro por las miradas que recibo que todos saben que acabo de rodar de mi litera hacia acá.

Pero hey, al menos llegué a las 9.

Me arrastro hacia la consola, en donde Sancho y su ingeniero de monitores ya están trabajando en lo suyo.

Koco pasa corriendo por detrás de mí y me da una palmadita en el hombro como saludo, pero este momento siempre es particularmente frenético para él con todo el montaje del sonido, así que no lo entretengo. Me arrastro por mi caja de herramientas, y ya no me sorprendo tanto cuando encuentro a Kat sentada en el piso, trabajando en los monitores de los chicos.

- Hola – Me dice, y sube la cabeza para darme una sonrisa tímida

Arruga los ojos contra la luz del sol, y me parece que se ve como una niña pequeña cuando hace esa expresión.

Tiene un rostro de piel tersa y cremosa, con una nariz pequeñita y respingona, que hace que su boca amplia y sensual parezca aún más dramática y cree todo un juego de contrastes entre dulce y sexy en su cara que estoy demasiado dormido para intentar entender.

- Hola – La saludo con un gesto de mi mano mientras me inclino por mi caja

- ¿Por qué pareces un gato perezoso? – Me pregunta ella con una sonrisa

Resisto el impulso de estirarme como un felino y hago una mueca, porque odio un montón esta sensación.

- Agh, no lo sé. Dormí hasta tarde, y nunca duermo hasta tarde, así que estoy como perdido

- ¿A qué hora te dormite anoche?

- ¿Cómo a las 3 pasadas? – Pregunto en lugar de afirmar, porque no me divierte cuando la gente empieza a contabilizar cuánto estoy durmiendo

Ella frunce el ceño, porque se durmió casi dos horas antes que yo luego de que habláramos. Su olor se quedó flotando en el aire cuando se fue, y me tuvo despierto en una nube de chocolate amargo y nostalgia.

No tengo idea de cómo logré dormir hasta más de las 8 de la mañana luego de eso.

- Buenos días, preciosa flor – Interviene Sancho desde atrás de ella - ¿Ves esa plataforma vacía de allá, sobre la que no hay ninguna batería?

- Buenos días, mi amor precioso – Lo saludo con una sonrisa adorable - ¿Me puedes indicar dónde, así no me pierdo? – Le devuelvo con sarcasmo

Me muestra el dedo medio.

Kat suelta una risita, pero los dos entendemos que es hora de ponernos a trabajar, así cada uno se pone a lo suyo rápidamente.

Koco me hace un poco de charla mientras viene a mi lado y monta mi micrófono. Trabajo alrededor de él sin problema, conectando cables y atornillando piezas con la fluidez de la práctica.

Buenas noches, ladrón » Martín Vargas (Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora