29. ¿Amigos?

487 46 57
                                    

La preparación para nuestro primer show con Kat como parte del equipo es absolutamente extraña solo porque es absolutamente normal, como si ella hubiera sido parte del crew desde siempre.

Los demás deberían llegar en un par de horas para la prueba de sonido, pero yo llego con el crew para hacer mi montaje.

La gira por Estados Unidos suele ser imposiblemente costosa, y ya que yo uso el mismo equipo durante todo el show, a diferencia de los chicos, no parece tener mucho sentido tener un drum tech cuando puedo montar todo al principio y desmontar todo al final yo mismo.

Además, tener algo que hacer ayuda.

Ayer fue mi última noche con pastillas por un rato, así que necesito estar agotado hasta los límites de mis fuerzas cuando me vaya a la cama esta noche si quiero obligar a mi cuerpo a apagarse y dormir, así que mejor empezar ahora mismo.

- ¡Miren quién se dignó a llegar! – Exclama Sancho cuando subo al escenario para montar mi set

La batería está desarmada junto a la plataforma, y una mirada rápida me dice que es una bonita y roncanrolera que me gustará.

- Hola, preciosito – Lo saludo zalameramente, porque sé que estoy llegando tarde

Me agacho para pasar por debajo de un panel de luces que los encargados del venue están subiendo bajo la mirada atenta de Triana y le doy una sonrisa radiante a quien, por el próximo par de horas, será mi jefe.

- Tenías que llegar a las 9 – Me regaña Sancho

- ¿Por?, ¿Qué pasaba a las 9? – Le pregunto como si nada, mientras me acerco a su consola donde está la caja de herramientas rotulada con una cinta con mi nombre

Sancho hace una bola con una servilleta y me la tira a la cabeza.

Me río mientras me inclino por la caja de herramientas, y me llevo un susto de muerte cuando me doy cuenta de que Kat está sentada en el piso, clasificando el maletín con los monitores de todos.

- ¡Mierda! – Exclamo, porque no esperaba que hubiera nadie ahí

Ella suelta una risita, y levanta la mano para darme un saludo tímido.

Alguien le dio una camiseta del crew de una talla gigante, y me parpadea en la mente un recuerdo viejo de un año atrás, cuando la camiseta que usó era la mía.

Tiene el pelo rubio oscuro recogido en una trenza, y sus lentes de montura metálica le dan una apariencia ligeramente nerd, salvo porque su cara sigue siendo muy atractiva aún si ella ya no intenta resaltar sus rasgos con maquillaje como solía.

Ni siquiera lleva aretes.

Pero es muy guapa de todos modos.

Se queda mirándome de una manera que me hace sentir muy inquieto, porque hay algo en sus ojos que todavía sigue tirando de una parte de mí, y de todas esas asignaturas pendientes que quedaron entre los dos.

Excepto porque ya no lo son entre los dos, y yo no debería estar pensando esto.

Le doy una sonrisa tímida y me inclino por mi caja de herramientas que está junto a ella.

- Hola – La saludo rápidamente antes de huir a mi lugar.

No mentiré diciendo que no hay algo inquietante con respecto a tenerla aquí, pero a pesar de sus modos introvertidos, parece llevarse bien con todo el mundo y sonríe un montón con Sancho.

Hay algo sobre ella que parece resplandecer por hacer esto, y me alegra tener parte en que se le dé esta oportunidad.

Gira ligeramente la cabeza y se da cuenta de que estoy mirándola.

Buenas noches, ladrón » Martín Vargas (Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora