10 meses después.
Laura Jiménez Bonilla.
Brookyn, Nueva York.
- Buenas tardes. Tengo una reserva – Le digo a la recepcionista, que está bastante distraída leyendo un libro.
La chica sube la vista de golpe, y se queda mirándome con una expresión extraña.
Hay algo vagamente familiar en ella, aunque no logro identificar de dónde la conozco.
Me mira con expresión confusa, aunque mi inglés es impecable y sin una pizca de acento, pero ella luce como si no me hubiera entendido.
Tiene unos lentes de montura metálica redondos sobre unos ojos almendrados naturalmente rasgados en las esquinas muy bonitos.
Lleva el pelo castaño claro corto, solo hasta la base del cuello, y apartado de la cara con un clip en forma de mariposa.
Aunque está sentada, me doy cuenta de que es muy, muy delgada.
Achico los ojos mientras la examino cuando un recuerdo lejano me parpadea en la mente, pero se ve tan diferente que no hay forma de que sea la misma persona.
- ¿Kat? – Pregunto tentativamente
- Hola, Laura – Me dice con una sonrisa
Se pone de pie y sale de detrás del mostrador para saludarme con un abrazo rápido.
Lleva un pantalón tipo cargo holgado y un camiseta oversized que obviamente es de chico y tiene al pato Donald estampado al frente.
Lo único que la conecta con la Kat que recuerdo de ese breve periodo de tiempo durante el que nos conocimos es un aro del que cuelga un pick de guitarra que lleva en la oreja derecha.
- Tú....¿qué haces aquí? – Pregunto estúpidamente y ella se ríe
- Yo vivo aquí. ¿Tú que haces aquí?
- ¿Vives aquí en este hotel? – Verifico, subiendo una ceja.
Una mujer mayor aparece por la puerta cargando una caja transparente llena de algo que supongo que son manteles.
Kat se apresura a recibirle la caja, aunque la mujer parece vital y atlética a pesar del pelo entrecano que lleva corto.
También usa lentes, los cuales sostiene con una cadena plateada que rodea la parte de atrás de su cuello.
Está vestida con una camiseta sin mangas verde militar y unos jeans. Su cuerpo es delgado y un par de tatuajes salpicándole el brazo derecho, lo que la hace lucir muy cool.
- ¿Llevas eso atrás por mí? – Le pide la mujer a Kat
- Claro, Nana – Le sonríe ella. Luego se vuelve hacia mí y me hace un guiño – Que bueno verte, Laura
Me da una sonrisa antes de tomar la caja de manteles y atravesar el lobby en dirección a quién sabe dónde.
El hotel tiene un concepto hogareño y ligeramente bohemio, y en realidad es un edificio de 4 pisos en un área bonita y comercial de Brooklyn que ha sido reconvertido en habitaciones tipo apartamento que cuentan con pequeñas cocinas y baños independientes, cumpliendo la función de mini estudios, generalmente utilizados por estudiantes, según me informó TripAdvisor.
- ¿Eres amiga de Kat? – Me pregunta la señora, mientras gira tras el mostrador con una expresión curiosa
- Nos conocimos brevemente una vez
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Buenas noches, ladrón » Martín Vargas (Morat)
FanfictionSolo un beso, fue lo que te prometí. Uno solo. Pero esto es más que un beso, ladrón. Algo pasa entre los dos, y no podemos negarlo....