Las lágrimas han dejado manchones de maquillaje que me marcan alas mejillas, pero las dejo que sigan cayendo mientras me tambaleo hacia mi bus de gira.
He vomitado en la acera del estacionamiento, pero mi estómago está tan vacío que solo ha salido hiel, y ahora siento mi boca amarga y horrible.
Me tropiezo mientras camino y lloro, pero ya ni me importa secarme las lágrimas para ver bien.
Estoy mareada y quiero morirme.
Las fuerzas me abandonan justo antes de llegar a la puerta de mi bus, y solo me siento en el suelo y abrazo mis rodillas mientras sigo llorando.
- ¿Margarita? – Dice una voz por encima de mí.
¿Quién es Margarita?
¿Por qué levanto la mirada ante el sonido de ese nombre?
Cuando subo los ojos, me doy cuenta de que el ladrón está en el techo de su bus, mirándome como si no estuviera seguro de que soy yo.
Pero cuando mis ojos encuentran los suyos, se apresura a la escalera de emergencia y baja los peldaños con saltos que deben ser algo peligrosos, pero que logran que en dos segundos esté a mi lado.
Me recojo sobre mí misma para evitar que me toque, y él se detiene.
- ¿Qué tienes, Margarita?, ¿Estás herida?, ¿Qué...?
Deja de hablar cuando niego con la cabeza.
- Estoy bien – Le digo estúpidamente, porque es muy obvio que no lo estoy
- ¿Quieres que llame a alguien? Dime qué puedo hacer
- Nada. Solo estoy borracha – Murmuro
Me doy cuenta de que no me cree, y me abrazo a mí misma porque no quiero que me vea así, vestida como una puta.
Creo que malinterpreta el gesto, porque se quita el hoodie que lleva puesto y me lo ofrece.
En realidad, ni siquiera tengo frío, pero me gusta la idea de cubrirme, así que se lo recibo y me lo pongo rápidamente.
Se queda de pie frente a mí luciendo preocupado e inseguro, pero la tela de su saco está llena de ese olor fresco y limpio a él y se siente como un abrazo, y me calma lo suficiente para que deje de llorar.
Me seco las lágrimas con el dorso de mi mano, y vuelven manchadas de maquillaje, así que me imagino que luzco como un mapache.
Me siento una estúpida porque, luego de esta noche horrible, eso me avergüence.
A lo mejor soy tan hueca y vacía como lo creen todos esos hombres que me miran como un pedazo de carne y creen que mi cuerpo está a su servicio para lo que ellos quieran.
Me levanto torpemente, y cuando vuelvo a estar sobre mis pies, me acurruco en su hoodie.
- Gracias – Le digo en voz baja
- ¿Quieres un café?
- No tomo café
- ¿No? Eso es terrible – Me dice, todo asombrado. Sonrío entre los hipidos residuales del llanto - ¿Qué tal un té?
- Un té estaría bien, pero no quiero molestar
- Está bien, el bus está vacío – Me dice con un encogimiento de hombros – Los demás salieron y no han vuelto
Me hace una seña con la cabeza, así que lo sigo mientras abrazo mi propio cuerpo.
Dejo que me guíe hacia el interior de su bus, que es una versión algo más pequeña del nuestro.
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Buenas noches, ladrón » Martín Vargas (Morat)
FanfictionSolo un beso, fue lo que te prometí. Uno solo. Pero esto es más que un beso, ladrón. Algo pasa entre los dos, y no podemos negarlo....