Al final me doy una ducha.
El agüita tibia y agradable hace que mi cuerpo cansado se sienta mejor, y aunque todo el horror sigue estando ahí, es bueno sacarme el maquillaje corrido y salir de ese vestido demasiado corto que me hace sentir desnuda.
Salgo de la ducha vestida con su hoodie, haciéndome una trenza en el pelo que tuve cuidado de no mojarme.
Él está sentado en el sofá, soplando distraídamente un vaso de leche achocolatada, que insistió en que era fundamental para pasar una noche sin dormir.
Me echo la bata que Laura consiguió para mí encima del hoodie y me la ato a la cintura para que cubra un poco más de mis piernas.
Él levanta la mirada cuando oye mis pasos y me da una sonrisa pequeña y mesurada.
- ¿Qué tal sentó la ducha?
- Bien – Le digo mientras regreso a la cama
- ¿Tienes frío?
- No – Le digo, aunque subo la manta sobre mis piernas para cubrirme con ella
No ha dado ningún indicio de mirarme de forma coqueta.
Es como si nunca me hubiera acariciado el cuerpo con flores en la terraza de ese hotel, y una parte de mí se entristece un poco de que parezca haber olvidado algo que a mí me importó tanto.
Para todo lo que cuenta, es un poco el Martín de esa primera noche que me invitó a ver el amanecer en el techo de su bus, y ya entonces se preocupaba por mí, excepto que ya no hay nada de esa vibra coqueta que parecía hacer chispear el aire cada vez que nuestras manos se tocaron por accidente.
Él me mira mientras me cubro con la manta a pesar de que aseguré no tener frío, pero no hace ningún comentario al respecto.
- Tienes que probar mi leche achocolatada. Es mi plato estrella – Declara, y me hace una seña hacia la mesa de noche, en donde el vaso está esperando por mí
Mi garganta sigue rasposa por el vómito y los gritos del llanto, así que me digo que un traguito no me hará mal, a pesar de que se nota que la bebida debe tener como un millón de calorías.
Tampoco le quiero tirar a la cara el detalle, porque creo que estar aquí le va a traer un montón de problemas y de verdad aprecio que se tome la molestia, así que me estiro por el vaso y bebo un sorbo.
Está espeso y delicioso, y me atrevo a tomar otro traguito, odiando a mi mente por calcular automáticamente cuántos kilómetros más tengo que correr mañana en la cinta para bajar esto.
Como si mañana fuera estar en el gimnasio como en un día cualquiera.
Como si toda mi vida no acabara de volar por los aires.
- ¿Y? – Me pregunta con una sonrisa esperanzada
- Está muy rica. Gracias – Le respondo mientras tomo otro sorbito
- De nada – Me dice en voz baja
Parece un poco tímido de repente, aunque no sé muy bien por qué.
Miro el fondo de mi vaso por un momento. Estoy tan cansada que solo quiero fundirme con este colchón para siempre, así que odio no lograr dormir.
Pero en cuanto cierro los ojos, oigo el sonido de las cadenas de las esposas contra el barandal y veo mi cuerpo siendo abusado de tantas maneras que...
- Kat – Me llama Martín.
Trago saliva, porque siento que la leche achocolatada se me revuelve en el estómago y quiero vomitar debido al rumbo de mis pensamientos.
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Buenas noches, ladrón » Martín Vargas (Morat)
FanfictionSolo un beso, fue lo que te prometí. Uno solo. Pero esto es más que un beso, ladrón. Algo pasa entre los dos, y no podemos negarlo....