Buenas noches, ladrón » Martín Vargas (Morat)

14. Hacernos compañía

Intento sonreír cuando Sharick me ofrece una taza de té y extiendo la mano para recibírsela, pero la sonrisa no se forma del todo.

Laura sigue en la cocina preparando algo de comer, aunque le dije que no tenía ganas de comer nada.

El apartamento de los amigos de Sharick está ubicado en el piso 17 de una unidad cerrada bonita de un barrio residencial silencioso y agradable de Medellín.

La casa está decorada con muy buen gusto, con pinturas abstractas interesantes y bibliotecas a rebosar de libros.

Hay una velita de olor que Sharick encendió para mí y ahora el aire huele a lavanda.

- No se tienen que quedar conmigo – Repito, como por millonésima vez – Deben tener cosas que hacer. Puedo esperar....

No termino la frase, porque no sé qué estoy esperando.

Ya hablé con Hanna para decirle que estoy bien y en un lugar seguro para pasar la noche.

Me dijo que haría que me enviaran un bolso con mis cosas en algún momento, pero que ahora mismo no podía venir, porque al parecer hay tantos periodistas afuera del hotel que no hay manera de que salgan de ahí sin que las sigan y me encuentren.

Víctor está furioso y me ha llamado tantas veces que por esta noche elegí bloquear su número, porque no puedo hacerle frente en este momento.

Para ser muy sincera, estoy bastante perdida.

Siento que debería estar haciendo alguna cosa.

A lo mejor llorar un poco, porque me doy cuenta de que esto me acaba de arruinar la vida, pero sigo sintiéndome aturdida, como si mi cerebro no pudiera entender del todo la gravedad de lo que está pasando.

Levanto los ojos para ver como Sharick se sienta en una silla frente a mí y se pone cómoda.

- No nos iremos hasta que lleguen tus amigas – Me responde simplemente

- Voy a estar bien, de verdad. No quiero que se sientan obligadas a quedarse acá conmigo. No quiero ser una molestia – Repito

- No lo eres. No tenemos nada que hacer – Responde ella con un encogimiento de hombros

- ¿No tienen que estar con sus novios y....? – Me aclaro la garganta – No lo sé. Hacer cosas de novias. Los metí en un lío bastante feo a todos esta noche

- Todo el lío seguirá ahí mañana – Me dice Sharick mientras le da un sorbito a su taza – Y Villa no es mi novio – Termina

- ¿No?

- No

- Oh – Murmuro y bebo un trago de mi té – Lo siento. Cuando los vi esta noche se estaban riendo y parecía que... - Intento explicar per me corto, porque qué demonios sé yo

Sharick baja la mirada para soplar el humo que asciende de su taza mientras sus mejillas se colorean de un suave tono de rosa.

Me doy cuenta de que, aunque no es una persona particularmente introvertida, este tema en específico la vuelve tímida.

Se siente muy extraño mirar una reacción tan humana y normal desde mi mundo dado vuelta y lleno de escombros, que parece distar una galaxia de algo tan simple como sonrojarse con timidez por un chico.

- Solo.... – Empieza a explicar y hace una pausa – Nos llevamos bien. Somos amigos y él es gracioso. Pero trabajo para él. Nada romántico podría funcionar ahí, considerando que es básicamente mi jefe