Isaza y Villa finalmente se han quedado dormidos en el sofá frente al que estoy ocupando.
Están apoyados uno junto al otro de una manera que los hace ver un poco adorables, porque son demasiado grandes y eso no puede ser cómodo.
Simón sigue sentado a mi lado.
Abrió mi libro de mandalas, pero como cualquier proyecto artístico, se lo está tomando super en serio, y ha decidido degradar los colores con técnicas super locas.
Lo miro de reojo mientras difumina el morado con un poco de algodón que se robó del botiquín.
Se sube las gafas sobre el puente de la nariz y agrega un poco de azul, inconforme con el resultado.
- Pinte su parte - Me regaña
- Vaya a dormir, Moncho. ¿No está cansado?
- Estoy muerto, pero no hay manera en el mundo de que deje este mandala sin terminar
Le sonrío, porque podría creerle que no va a dejar su proyecto artístico empezado, pero sé que solo quiere quedarse conmigo y sabe que no lo aceptaré de otra manera, si no es porque está "ocupado" con algo.
- Sabe que es el mejor hermano del mundo, ¿cierto? - Le digo, todavía mirándolo de reojo
- Lo sé - Responde orgullosamente - Ahora pinte - Demanda
Obedientemente agarro el azul cielo y empiezo a pintar mi parte, según sus indicaciones.
Virginia nos recibe con una mañana fresca.
El cielo está moteado de nubes claras, aunque el sol no ha salido del todo.
El amanecer tiñe el cielo de trazos violetas y rosas que encuentro hermosísimos, así que me distraigo admirándolo y Simón me deja.
Deben ser las 6 de la mañana escasas y todo el bus está dormido, así que me sobresalto cuando la puerta que da acceso a la sala que estamos ocupando se abre de golpe.
Pruebo el sabor amargo de la culpa y la vergüenza cuando me doy cuenta de que se trata de Kat.
Tiene el pelo suelto y está vestida con un hoodie gigante a juego con un pantalón de pijama negro que tiene picks de guitarra dibujados.
Pasa por el pasillo entre nosotros sin siquiera mirarnos, y abre la puerta que separa la sala de la cabina del conductor. Simón se queda mirando su espalda y luego me mira con pesar, como diciéndome que siente que todo sea tenso y horrible entre ella y yo.
Bajo la mirada a mi dibujo, porque todo mi pecho pesa por el simple hecho de tenerla cerca.
Siento como el bus se detiene con suavidad y dos segundos después, mis ojos captan sus medias con orejas de conejitos cuando se detienen frente a mí.
- Ven - Me dice sin saludarme
Mis ojos suben lentamente, porque no estoy seguro de que esté hablando conmigo.
Veo la alarma en la mirada de Simón, que está a un segundo de intervenir y hacer no sé qué para defenderme.
Tampoco quiero averiguarlo, porque no quiero que entre en su rol de padre protector y la haga sentirse peor de lo que ya debe sentirse por tener que convivir conmigo.
- Levántate, Martín - Insiste ella ante mi silencio
- ¿Qué? - Es todo lo que se me ocurre decir
- Levántate - Repite, y esta vez extiende su mano en mi dirección para que la tome
¿Quiere que la toque?
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Buenas noches, ladrón » Martín Vargas (Morat)
FanfictionSolo un beso, fue lo que te prometí. Uno solo. Pero esto es más que un beso, ladrón. Algo pasa entre los dos, y no podemos negarlo....