21. Artículo de revista

1.4K 166 1
                                    

•JK•

—¡Una vuelta más, niños! —grito, mientras levanto un dedo.

—Voy a morir, no puede hacernos esto. ¡Tenemos diez años! —reclama uno de mis alumnos.

Lo miro y asiento, tiene razón.

—¡Escuchen! ¡A pedido de Junseo, darán otra vuelta más! —grito nuevamente, y escucho a todos los niños quejarse.

Junseo me mira incrédulo, pero yo le hago un gesto para que siga corriendo. Resopla y hace lo que pido.

Hoy es el día. Faltan tan solo horas para mi cita con Jimin.

Cada vez que pienso en ello, una pequeña punzada ataca mi pecho por los nervios. Trato de no mirar demasiado el reloj, porque siento que cuánto más lo miro, más lento avanza.

Toco el silbato y los niños dejan de correr. Les digo que caminen un momento antes de sentarse y que traten de calmar la respiración.

—Perfecto, nos vemos la semana que viene, niños. Descansen y tomen mucha agua. Están liberados —los despido. Algunos vienen y chocan los cinco conmigo. Sonrío.

Son buenos niños. Vagos, pero buenos al fin.

—Profesor —me llama Siwoo—. Traje el dibujo que le prometí la clase pasada.

Me agacho hasta quedar a su altura. Es muy pequeña, tiene el cabello castaño claro y ojos color miel. Desde que comencé a trabajar para la institución, Siwoo ha sido mi favorita. Es adorable y cariñosa, y siempre que puede, me regala dibujos hechos por ella misma.

Esta vez, el dibujo es de una hermosa flor azul con detalles rojos. Sonrío y lo tomo entre mis manos.

—Es muy preciosa, Siwoo. Muchas gracias. —Se acerca y me regala un abrazo. Es tan adorable—. Lo guardaré en mi carpeta especial de regalos de Siwoo.

Ella ríe y asiente. Tengo todos sus dibujos guardados en una carpeta especial que ella misma me dio. Cuando me la entregó, dijo que debía mantenerla oculta en un lugar seguro de mi casa, todo para que los monstruos no pudieran robar mis dibujos. Claro que le hice caso, así que la carpeta está escondida en uno de los cajones de mi armario.

—No creo que pueda traerle uno la semana que viene —lamenta—, pero prometo que para la semana siguiente habrá uno —promete con entusiasmo.

—Lo esperaré con ansias, pequeña —digo y me levanto. Pongo una mano en su cabeza y revuelvo su cabello—. Sorpréndeme.

—Lo haré —dice con determinación—. Será el mejor castillo que haya visto en su vida.

—No espero menos &contesto con una sonrisa—. Ve, tienes que ir a las otras clases.

Ella se despide abrazándome nuevamente y sale corriendo hacia el lugar donde están sus compañeras.

Miro el reloj. Mi jornada de trabajo ha terminado, tengo que volver a casa y prepararme.

Trago pesado. Los nervios me están matando. Agarro mis cosas y comienzo a ir hacia la sala de profesores, tengo que ver antes a Namjoon.

Cuando llego, está sentado en el sillón y mira su celular con el ceño fruncido. Alza la vista al sentir mi presencia y me enseña la pantalla del celular.

—¿Sabías esto? —pregunta y yo me acerco para leer.

Me tomo mi tiempo, pero cuánto más leo, más frunzo el ceño. Una vez termino de leer, alzo la vista y veo a mi amigo con confusión.

—¿Está chequeado? —pregunto y él asiente.

—Revisé en muchas páginas de revista, todas dicen exactamente lo mismo —dice—. Yo creí que estarías enterado.

—Bueno, ya ves que no —replico con obviedad—. No entiendo por qué no me lo dijo.

—A lo mejor quería darte una sorpresa.

Lo miro con una ceja levantada.

—¿Sorpresa? Yo también tengo internet, Namjoon. Aún así no me lo hubieras dicho, habría terminado enterándome en cualquier momento del día.

Mi amigo asiente y me da la razón.

—No puedo creer que Seokjin esté aquí y no me lo haya dicho. —Suspiro y niego—. Soy su mejor amigo, ¿qué le cuesta llamarme? Al menos un mensaje, algo, no sé.

Resoplo y me siento al lado de Namjoon.

—No empieces a maquinar —dice mientras apoya un dedo en mi frente—. No saques conclusiones hasta que puedas comunicarte con él.

Seokjin está en el país, aquí en la capital, y no es capaz de enviarme siquiera un mensaje. Tampoco le envió nada a Namjoon; está bien, sí, yo tampoco le enviaría un mensaje a mi ex-novio, pero ¿y yo? Se supone que soy su mejor amigo.

—Vamos, tienes que estar feliz —dice y me saca de mis pensamientos—. No tan solo te enteras de que tu mejor amigo está en la ciudad, sino que además tendrás una cita con un chico lindo.

Lo miro y le sonrío. Es verdad, hoy nada puede arruinar mi día.

—Ve a prepararte —dice y se levanta—. Vamos que entras, champion.

Sale de la sala y yo me quedo solo. Miro mi celular y tengo un mensaje de Jimin.

Jimin Cafetería
Estoy ansioso. Ya quiero verte.

Muerdo mi labio y pienso en él. ¿Cómo pude pensar que no me interesaba? Estoy loco por verlo y demostrarle cuánto me gusta.

Yo
Yo también
Estoy extrañándote

A reason to stay ☕ | hv - kmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora