22. Fanboy

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•TH•

—No lo hagas, por favor, Taehyung. No... —dice y trata de alcanzar mis manos, pero yo me alejo.

—No me toques —replico—. Tú elegiste esto.

—Te lo suplico, no lo hagas.

—Hubieras pensado mejor antes —digo—. Ya no hay vuelta atrás.

Coloco el +4 sobre el mazo y gano el juego. Hoseok se tira al piso y comienza a lloriquear.

—Ah... Me alimento de las lágrimas de los perdedores —digo con satisfacción—. Vamos, levántate.

Hoseok se queda quieto y me observa mientras está acostado en el suelo. Está enojado.

—No lo entiendo. Hasta hace media hora no sabías jugar —reclama—. No puede ser que me hayas ganado cuatro partidas de seis.

Yo me encojo de hombros y me arrodillo junto a él. Le dedico una sonrisa triunfadora y pongo mis manos a los costados de su cabeza.

—¿El bebé está enojado? —digo en tono burlesco—. La próxima puedes proponer juegos en los que no apestes.

Hoseok me fulmina con la mirada y abre la boca indignado.

—¡Yo soy muy bueno jugando Uno! —se defendió—. Hoy no fue mi día, nada más.

—Como tú digas —replico y palmeo su mejilla—. Fingiré que te creo.

Me levanto y él hace lo mismo. Está resentido, tiene el ceño fruncido y hace puchero. Tierno.

—Puedo dejarte ganar el próximo si quieres —propongo, mientras me siento y comienzo a barajar las cartas.

—Ya no quiero jugar —dice desanimado—. De todos modos, en veinte minutos debo entrar a trabajar.

Yo río y comienzo a guardar las cartas en la caja. Es tan mal perdedor... Qué ternura.

Mi celular vibra en señal de que acaba de llegar una notificación. Un mensaje. Lo agarro y camino hasta Hobi, quien se sentó en el sillón. Me ubico junto a él y apoyo mi cabeza en su hombro. Desbloqueo el celular y el mensaje que recibo me deja desconcertado.

—¿Quién es Seokjin? —dice Hoseok con curiosidad—. Su nombre se me hace conocido. —Se toma unos segundos para pensar y finalmente contesta—: ¡Ya! Hay un cantante coreano muy reconocido con ese nombre. He escuchado un par de canciones, son buenas. Te las recomiendo.

Bueno, esto es incómodo.

—Lo conozco —reconozco y me muerdo el labio.

—¿Sí? —dice con una sonrisa—. Tiene buenas canciones, ¿verdad?

—No, Hobi. Lo conozco —enfatizo—. El Seokjin del que tú hablas es este mismo Seokjin —digo y agito mi celular.

Él abre los ojos con sorpresa y empieza a balbucear.

—¿E-eres amigo d-de Kim Seokjin? ¿Q-qué?

—En realidad, Seokjin es el mejor amigo de Jungkook —explico—. Lo conocí cuando aún no era una celebridad, pero como ya no paso tanto tiempo con Jungkook, hemos perdido el contacto. Por eso me tomó por sorpresa que me haya escrito.

—Oh, wow. Creo que estoy en shock. —Sacude la cabeza—. No sé qué decir.

Yo río y acaricio su mano. Sus reacciones son demasiado adorables.

—No hace falta que digas nada. Seokjin es una persona como tú y como yo —replico— No es nadie de otro planeta, así que tranquilo. No quiero que te pongas en modo fanboy.

Hoseok me mira indignado.

—¿Fanboy? —repite—. Yo no soy fan de ese chico.

—¿Sí? Díselo a tu lista de reproducción en Spotify.

De nuevo me fulmina con la mirada y yo le doy un beso en el hombro.

—¿Qué es lo que quiere? —pregunta, cambiando de tema.

—Me pregunta sobre Jungkook. Dice que está en el país y que quiere verlo —le cuento y bloqueo el celular—. En fin, no puedo decirle mucho. No tengo idea de por dónde está ese chico.

—¿Y por qué no le escribe a él?

—Quiere darle una sorpresa... Creéme, ambos comparten una sola neurona. Probablemente Tonto n°1 ya debe estar enterado de que Tonto n°2 está en el país. Así que no creo que le sorprenda demasiado. —Suspiro y vuelvo a apoyar mi cabeza en su hombro—. No sabía su dirección. Ya sabes que antes él y yo vivíamos juntos, así que tuve que pasarle dónde vive ahora.

Hoseok asiente y deja un beso en mi cabello.

—Entiendo —dice, después pasa un brazo por mis hombros—. Ya tengo que irme a trabajar.

—No, quédate —pido—. Diles que estás enfermo.

Él ríe y yo levanto la vista. El sonido de su risa es tan encantador, podría escucharlo por horas. Me levanto y me siento en sus piernas, lo abrazo y él deja una mano en mi cintura.

—¿Vuelves en la noche? —pregunto, mientras juego con el cuello de su camiseta.

—No puedo dormir aquí todas las noches, Taehyung —reprocha—. Pero mañana vuelvo a verte, ¿sí?

Yo suspiro y asiento. Tiene razón, se ha quedado casi todas las noches desde que se lo pedí por primera vez.

—O... —empieza, pero después calla.

—¿O qué? —lo incentivo a que siga.

—Tú no conoces mi casa, algún día podríamos ir para allá —propone.

—¿Y oler aire que no huela a pintura? No, gracias —bromeo y él hinca un dedo en mis costillas haciéndome reír—. Está bien, sí. Acepto. Aleja esa mano —advierto y lo señalo.

Él me sonríe y deja un beso en mi cuello.

—Eres el mejor —dice y sus ojos brillan—. Ya estoy ansioso. 

A reason to stay ☕ | hv - kmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora