53. Promesas por cumplir

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•TH•

Nos quedamos dormidos.

Cuando me despierto al día siguiente, los rayos del amanecer tiñen la habitación de colores cálidos.

Sorprendentemente, seguimos en la misma posición que teníamos antes de cerrar los ojos. Sus brazos me envuelven con delicadeza y sus ojos están cerrados, pero por el ritmo de su respiración puedo deducir que está despierto.

Alzo mi mano y uso mis dedos para recorrer su rostro delicadamente. Su nariz, sus ojos, sus mejillas, sus labios. Las comisuras de su boca se elevan cuando toco sus orejas.

—Ahí me hace cosquillas —dice y su voz suena ronca por ser las primeras palabras del día. Abre uno de sus ojos y me mira—. Buenos días, Tae.

—Aún es muy temprano para decir buenos días —replico, mientras restriego la nariz en su pecho—. ¿Buenas madrugadas?

—Buenas madrugadas, entonces —ríe suavemente—. Me sorprende que sigamos en la misma posición y no hayas amanecido en el suelo.

—¡Pensé lo mismo! —exclamo, luego pongo un dedo en su cabeza y otro en la mía—. Estamos conectados, Jung Hoseok.

Hobi vuelve a reír y trata de incorporarse, yo me alejo y él se sienta. Tiene el cabello despeinado y la cara marcada por la almohada, se refriega los ojos para desperezarse, pero aún así sigue con expresión adormilada.

Lo observo con mucha atención y mi corazón comienza a palpitar con más fuerza, verlo de esta manera, así, tan temprano en la mañana solo me confirma lo que ya venía pensando desde hace mucho.

Es el amor de mi vida.

No tengo dudas. Es así.

Hoseok se peina el cabello hacia atrás y voltea a mirarme. La luz lo ciega, así que entrecierra los ojos. Me sonríe ampliamente y estira una de sus manos hacia mí, yo me acerco para que pueda tocarme, pero él dice:

—Tienes una línea de saliva seca en la mejilla.

Y así es cómo se arruina un momento romántico.

Aparto su mano de un golpe y me levanto de la cama para caminar al baño. Escucho su risa desde lejos, lo que me hace sonreír.

Lavo mi rostro con agua fría, y cuando subo la mirada y veo mi reflejo en el espejo, casi no reconozco a la persona que estoy viendo. Estuve tan triste por tantos días que ya me había acostumbrado a verme con ojeras, el ceño fruncido, ojos rojos y la piel seca, y si bien aún sigo viéndome prácticamente igual, hay algo que ha cambiado.

El chico del reflejo me sonríe.

Y aún teniendo manchas moradas bajo unos ojos enrojecidos, teniendo la piel reseca y los labios partidos, pienso que se ve hermoso.

Es hermoso porque es feliz.

Pero no me quito el mérito, porque si estoy así ahora no es tan solo por el hecho de que Hoseok haya vuelto a estar conmigo, no. También sonrío porque me prometí a mi mismo mejorar, independientemente de lo que pasara con Hobi.

Hacer de mañana siempre un día mejor.

Si sonrío es porque pude limpiar mi casa, pude bañarme, pude comer. Todo sin sentir pesadez y culpa.

Quiero cambiar, quiero ser mejor.

Por mí.

Por él.

Y por lo que sea que vaya a traer el mañana.

Cuando regreso a la habitación, Hoseok sigue sentado en la misma posición que estaba antes de que me levantara. Sube la mirada cuando me siente llegar y me sonríe sin mostrar los dientes.

A reason to stay ☕ | hv - kmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora