Nueva oportunidad

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Las despedidas son demasiado dolorosas, es una sensación desgarradora el dejar ir a alguien que quieres y más cuando aún en su corazón había demasiados momentos que querían compartir.
Eso era algo que Damián maldecía mientras aventaba una pelota al techo en lo que estaba acostado, ese era su ultimo día en Edén, pronto tendría que tomar un avión para irse a Estados Unidos a estudiar en Harvard y estaba frustrado, por las que sus amigos y allegados estaban felices de ese merito, él se sentía desfallecer por ser un cobarde y desperdiciar el tiempo.
¿La razón?
Anya Forger, esa chica que lo golpeo en sus años de niñez, esa niña que con los años se había vuelto una persona importante para él desde que le confeso todos sus secretos, era alguien increíblemente valiente, dulce y siempre que estaba con ella su corazón se iluminaba.
Pero ¿por qué se sentía tan frustrado?, pues la razón es que nunca fue sincero con sus sentimientos, odiaba sentirse tan débil ya que estaba con una gran oportunidad de salir de Ostania y conocer personas, pero por otro lado no quería irse porque quería ser valiente para enfrentar ese sentimiento tan confuso que era el amor, un amor que nunca tuvo su primer brote porque tapo la semilla que intentaba germinar.
¿Se va a seguir lamentando? —una voz lo hizo levantarse
¿Cuándo entraste? —observo a su mejor amigo sentado en la silla donde él a veces utilizaba para estudiar
Hace 10 minutos—suspiro—amigo, si no eres sincero esa oportunidad que quieres nunca llegara
Nunca llegara—puso sus manos en su cabeza en señal de frustración—ella se ira a Londres
Nunca pensé que Forger llegara tan lejos—se sorprendió el rubio, pero recibió una mirada de desaprobación—disculpa
Ella es inteligente—cerro los ojos y se recostó—y tan hermosa
Y tu tan cobarde—su voz era neutra—dile lo que sientes antes de que sea tarde
Pero no cambiara lo que va a pasar—golpeo su cama—no cambiara el hecho de que nos iremos
Sí que Blackbell tenía razón—una tercera voz se acercó—si eres muy infantil
No soy infantil—se volvió a levantar para ver a Emile—soy consiente
Consciente y estúpido—se metió a la plática Ewen—solo es confesarte, no es una propuesta de matrimonio
¿O serás tan cobarde para no decirle y seguir con tu cuento de que hubiera pasado? —Emile se acercó y se sentó a su lado—ya tienes 18, ya no eres un niño de 6 años contándose historias, se un adulto responsable y afronta esto
Cada año que no le digas es una oportunidad de que ella conozca a alguien no tan bueno como tú—Ewen se sentó a su lado—amigo, eres un hombre increíble y algo guapo, créeme que Forger sería feliz de tenerte en su vida al menos como un recuerdo de ¿Qué hubiera pasado? O puede que ella igual sienta lo mismo
A veces creo eso—el robusto le puso la mano en su espalda—se fuerte, ya son tus últimos días acá, aprovéchalos o llora en tu cuarto de tu mansión mientras oyes canciones de casi algos
Son unos fastidiosos—sonrió con tristeza—pero tienen razón, seré valiente y le diré lo que siento a Anya Forger
Y hazlo antes de que se vaya—Ewen se levantó—iré a hablar con Becky
¿Por qué? —los dos chicos alzaron la ceja
Porque igual estoy enamorado de ella y es bueno confesar los sentimientos antes de graduarse—puso su mano en su cabeza
Amigo, ella sale con Ken Grandchester de la clase 7—lo miraron con pena
Por eso te digo—los miro de mala manera—no dejes que alguien más te gane
Sus amigos tenían razón, el estar aplazando algo que debía ser dicho desde sus años de infancia o adolescencia lo estaban llevando a esa encrucijada del destino donde no podía saber qué hacer si es que lo rechazaba o si lo aceptaba.
El crecer era una de las cosas que nadie era consciente de hacer, ya que mientras más pasaban los años más responsabilidades llegaban sin que te dieras cuenta y eso generaba una brecha de tiempo que no sabes cómo llego ahí, una idiotez para ser exactos ya que cuando más ocupados estamos el tiempo fluye sin que nosotros nos demos tiempo.
Anya—Yor abrazo a su hija con fuerza—te amo mucho, espero verte pronto
Si mami—la pelirosa abrazo a su madre con todas sus fuerzas—prometo escribir
Y llamar—Loid se acercó mientras cargaba a una pelinegra de ojos azules
Lizzie por favor cuida a mami y papi—abrazo con cariño a la niña
Si—comento la pequeña de 8 años
La misión universitaria ha iniciado—abrazo a su padre—prometo darle mis reportes diarios agente papi y agente mami
No esperamos menos de ti—la abrazaron ambos—se feliz, mi adorada Anya
Cuando la pelirosa tomo sus maletas para dirigirse hacia su puerta de salida observo por última vez a sus padres mientras se despedía de ellos, estaba nerviosa ya que nunca había partido a otro lugar después de ser adoptada, pero sabía que todo iba a estar bien ya que ellos la esperaban en Ostania junto a su adorada Becky.
Estaba algo triste ya que Becky no iba a ir a Londres con ella y aunque su corazón se sentía vacío porque nunca se habían separado, sabía que era algo que era parte de volverse adulto y que, a pesar de la distancia, su amistad iba a ser fuerte.
Mientras caminaba por los pasillos un recuerdo de un niño de cabello rebelde de color verde y ojos ámbar se hizo presente en su mente, por lo que se detuvo abruptamente en su caminar, era raro, pero en esos años en los que convivio con el hijo menor de los Desmond, su objetivo, nunca supo qué tipo de relación tenían ya que era todo muy difuso, a veces podía ser un dolor de trasero, pero a veces era una persona amable y encantadora que la cuidaba demasiado. Damián Desmond era un enigma para ella y aunque en esos años nunca pudieron decir si eran mejores amigos o algo diferente solo podía pensar que fue una persona que marcó un antes y después con ella cuando le conto sus secretos, porque ese chico fastidioso y egoísta nunca le recrimino nada o la odio solo intento entenderla.
Creo que al final no te pude decir otra vez adiós—apretó el puño—pero sé que donde quieras que vayas, yo
¿Veremos el pasillo? —una voz le hizo compañía
¡¡SEGUNDO!!—se sorprendió al verlo al lado de ella
Hola—le sonrió—Forger
¿Tú también vuelas hoy? —se emociono
Si—asintió—hoy es mi vuelo a Estados Unidos
¿Estás listo para esta nueva vida? —le hizo una cara burlona
No tanto—bajo la mirada—sabes, la verdad estoy sorprendido de encontrarte acá
Igual, es como si el destino quisiera que nos despidiéramos bien—toco su hombro—Segundo, como te dije en la graduación, te aprecio y gracias por dejarme conocerte, sobre todo gracias por aceptarme con todo y mis secretos
El peliverde sintió como su cuerpo reacciono y soltó sus maletas para abrazar a la pelirosa con todo el cariño que tenía que transmitirle
¿Segundo? —la chica se sorprendió
No agradezcas nadas—siguió abrazándola con delicadeza—yo soy feliz de haber coincidido contigo, yo
¿Tu? —le susurro
Ah—se puso nervioso y su corazón empezó a latir—Forger, nunca he podido decírtelo de manera directa, pero creo que poder hacerlo en mis pensamientos, por atención
Ok—se sintió extrañada
//Me gustas\\
La pelirosa se sonrojo al leer esos pensamientos y sintió como su corazón empezó a latir con fuerza.
Tienes que decirlo en voz alta—mordió su labio inferior
¿Por qué? —la soltó y la miro a los ojos con curiosidad
Porque así son las confesiones—intento desviar la mirada—yo
Anya Forger—la tomo de las manos—maldición, me gustas desde que teníamos 6 años—sus ojos estaban con un rastro de lágrimas—fui un maldito cobarde por no decirte nada, sé que no es tu culpa y que yo fui el que puso sus problemas antes de poder expresar mis sentimientos por ti, pero Anya, yo estoy enamorado de ti, de tu forma de hablar, tu forma de ser y tu forma de pensar, soy admirador de la persona que eres y de tu inteligencia, me encantas física, mental y psicológicamente, es más nunca me molestaría si leyeras mi mente toda la vida
Ah—la pelirosa se sonrojo demasiado, eran demasiados sentimientos para un día, sus manos temblaban y sus ojos empezaron a llorar sin razón—Segundo, yo
No tienes que corresponderme—desvió la mirada—solo quería ser sincero por primera vez en mi vida
Te tardaste—le sonrió con los ojos llorosos—maldita sea, creo que también yo me tarde mucho, también me gustas, pero no quería distraerte de tu meta, señor próximo presidente de Ostania
Tenemos que irnos—la abrazo con fuerza—no quiero eso
Pero tenemos que hacerlo—toco su mejilla—son nuestros sueños y no podemos terminar con eso por nosotros, creo que el Segundo que me gusta apoya sus sueños y mis sueños
Anya—sintió un escalofrió—maldita sea—la beso provocando que la chica se sintiera sonrojada—no prometo nada, pero te juro que te buscare
¿Es un premio o amenaza? —toco sus labios
Tómalo como quieras—sonrió y limpio las lágrimas de la joven con su pañuelo—yo prometo encontrarte y disfrutar todo juntos
Aprovechar el tiempo—se acercó y volvió a darle un beso en los labios—no prometo esperarte, pero, si prometo que si me encuentras y estoy libre con mucho gusto acepto estar contigo
No esperaba menos de ti—tomo su mano—nos vemos pronto Anya Forger
Nos vemos pronto Damián Desmond—lo volvió a abrazar como si quisiera que el olor de su perfume se pegara en ella y recordarlo
Te quiero—beso su frente—te quiero demasiado
Ambos se despidieron con el corazón roto, mientras caminaban por los pasillos su corazón se rompía un poco más, siempre ese sentimiento fue correspondido, pero por miedo nunca fueron aclarados esos sentimientos tan fuertes que podían hacer volar a las personas, era algo fastidiosa esa sensación, pero era tan gratificante el saber que ambos habían compartido, aunque sea un momento íntimo, un momento que un beso en los labios podía lograr.
Maldición—Damián se subió a su avión y las lágrimas volvieron a salir—maldita sea Forger, prometo regresar por ti


































































El sonido del reloj hizo que un peliverde se despertara de un golpe de su cama provocando que sus amigos que dormían en ese dormitorio se levantaran por oírlo.
¿Qué le sucede? —Emile se acerco
¿En qué año vamos? —Damián se observó y contemplo que aún era un adolescente
Damián—suspiro Ewen—vamos en primero de preparatoria—limpio sus ojos—dime ¿otra vez soñaste que eras un anciano?
Si—asintió—y que dejaba ir al amor de mi vida
¿Las Stellas? —se miraron confundidos
No—los miro de mala manera—Anya Forger
¿Qué? —se sorprendieron
Sí, me gusta—se levantó y empezó a buscar su ropa para ir a clases—hoy le diré mis sentimientos
¿Te gusta la plebeya? —ambos estaban confundidos ante esa confesión
Por otro lado, en el jardín de la escuela Edén una pelirosa caminaba mientras observaba las flores, ese día había llegado demasiado temprano ya que su hermanita tenía un proyecto y necesitaba ponerse de acuerdo con sus compañeros por lo que se ofreció en llevarla, aunque le costó trabajo levantarse de su cama, mientras caminaba por el jardín observo que del otro lado un chico de cabello revoltoso y verde la observaba.
¿Qué haces? —se acercó emocionada
Quería verte—la tomo de las manos
¿Qué es esto? —lo miro confundida por esta acción
Forger—suspiro—quiero confesar mis sentimientos por ti
¿Qué? —se abochorno—espera, ¿es una de tus bromas idiotas?
No—la miro a los ojos con un poco de molestia al pensar que estaba jugando—maldición me mataste el momento, ahora me siento nervioso
¿Es verdad? —alzo la ceja—oye si es broma me voy a enojar demasiado
No—cerro los ojos—espera dejo encuentro valor de nuevo
//EN SERIO ME GUSTAS DEMASIADO ANYA FORGER\\
Anya leyó su mente y sonrió, no mentía el joven, además le recordaba a la vez que leyó la mente de su tía Fiona.
¿Puedes decirlo? —sonrió con ternura
No seas tan egocentrista—se sonrojo
Entonces mientes—cerro los ojos y alzo los hombros—nos vemos
¡¡DETENTE!!—la abrazo—maldición, Anya Forger, me gustas demasiado y no quiero que se cumpla mi sueño donde por ser un cobarde confesé mis sentimientos cuando ya nos íbamos del país
Anya se sorprendió al oír eso, hace unos días Bond le dio una visión donde ella se despedía del chico con lágrimas en los ojos, no entendía que significaba eso, pero le dolía, no quería que eso ocurriera, pero ella había observado que ese chico solo tenía cabeza para poder cumplir sus metas entonces los sentimientos eran un segundo plano.
¿Qué sucede? —la miro a los ojos
No te vayas a reír—bajo la mirada—Bond me mostro un futuro donde ambos nos despedíamos con lágrimas y yo—toco su corazón—sentí feo porque yo quiero mucho al Segundo
El peliverde sonrió, sus sentimientos eran correspondidos y la beso, si bien quería cumplir sus sueños para limpiar su apellido también quería vivir las cosas que le correspondían a su edad y que más que con la chica de la cual estaba enamorado.
Dime—la miro a los ojos—Anya ¿quieres ser mi novia?
La chica toco sus labios y sintió como sus mejillas estaban sonrojadas, su corazón latía demasiado rápido y sentía que el reloj iba más lento
Si—asintió—me encantaría, segundo digo Damián, ¿quieres ser el amante de Anya?
No lo digas así—se sonrojo—pero si acepto
Después de sellar su noviazgo con un beso en los labios, caminaron de la mano hacia el salón de clases donde Becky, Ewen y Emile se quedaron sorprendidos de eso que acontecía con los dos chicos más problemáticos de Edén, en fin, sin duda iba a ser un buen inicio de buenas cosas y esperaban que el futuro que mostro Bond no se cumpliera, ya que al fin habían aceptado sus sentimientos a una edad donde podían disfrutar el tiempo juntos y si en algún futuro se les presentaba alguna oportunidad lejos tomarían una buena decisión, digo ya iban a ser maduros, pero por lo mientras tenían tiempo para estar juntos, descubrir esos sentimientos y vivir sin cargar sentimientos sin explorar.











Nota: hola chicos, hoy actualice más temprano pero bueno, quiero dedicar este capítulo a mi manager y mi primera amiga Damianya por su cumpleaños. Es una idea que ella me dio y pues con mi toque de tristeza (ya saben mi toque de cada historia que hago) surgió este bello one shot. Espero te la pases bonito en tu cumple y todos ustedes espero que disfruten este bello relato!
Saludos

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