Dulce mirada por la ventana

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El sonido ambiental envolvía ese momento, pero todo parecía un sueño demasiado bizarro donde un joven conocía a la mujer de su vida en un momento cliché de película, el joven de cabello verdoso noto como esa bella mujer de cabello rosado le sonreía desde la ventana del coche donde estaba.

Ah—se sonrojo demasiado—¿Por qué me pongo así?

¿Sucede algo señor? —Jeeves lo miro por el retrovisor—tiene las mejillas sonrojadas

No es nada—se giró cerrando los ojos

El mayordomo miro a su jefe y sonrió divertido, ese joven adulto era demasiado obvio cuando algo le interesaba además no podía guardarle un secreto a ese hombre que lo había cuidado 18 años, así que disimuladamente giro su vista notando un coche familiar donde una bella chica de cabello rosado platicaba emocionada con una pareja.

Se ve linda—comento

Jeeves—se sonrojo—además se ve más joven y yo me iré a España a estudiar la universidad

Me refería a la planta que llevan en la parte superior del coche—se burló su mayordomo

El peliverde se sonrojo demasiado, había revelado que se quedó flechado por la sonrisa de esa chica de cabello rosado que platicaba con sus padres mientras estaban atorados en el tráfico de Berlint.

Como consejo—el mayordomo lo miro por el retrovisor—debería hablar con ella, aunque sea por la ventana

No hare eso—cerro los ojos y curso los brazos—tengo que comportarme como un Desmond

¿Ah? —se confundió—¿vamos a organizar una guerra civil?

¡JEEVES! —se abochorno—ese fue un antepasado estúpido, ahora solo somos empresarios alejados de la política

No le veo nada de malo que hable con la señorita del coche de al lado—sonrió al ver que la pelirrosada se veía curiosa mirando hacia donde Damián estaba—¿no sería lindo que fuera una historia de amor?

Nadie se enamora en el tráfico—se giró y noto los enormes ojos de Anya provocando que se sonrojara demasiado—además yo

No sea penoso, se ve que la señorita quiere hablar—sonrió

El peliverde suspiro y bajo el vidrio de la puerta

¿Se te ofrece algo? —hablo neutro

Es que siento que te conozco de algún lado—le sonrió—pero por más que intento recordar no se

Un gusto, Damián Desmond—le sonrió

Anya Forger—cerro los ojos—un gusto

¿Dónde iras? —la observo—dime ¿no tienes prisa?

Queríamos ir a ver a mi hermano menor, hoy era su reunión de imperiales escolares—puso su mano en su mentón—pero parece que llegaremos tarde

¿Va en Edén? —se sorprendió

Sí, es uno de los mejores estudiantes—sonrió emocionada

¿Cómo se llama? —estaba curioso—yo estudié ahí me gradué hace un año

Markus Forger—lo observo

Lo conozco, muy listo—asintió—espera ¿tu estudiaste ahí?

No, yo estudie en la escuela Nacional—lo observo—aunque a pesar de eso me gane una beca a una universidad de España

El peliverde se sorprendió ante esas palabras, parecía que el destino quería sorprenderlo con un encuentro maravilloso con una mujer demasiado interesante.

¿Qué universidad? —la miro

Universidad Carlos III de Madrid—le sonrió

Yo igual iré ahí—sonrió como bobo

¡Entonces seremos compañeros! —alzo sus manos—entonces nos vemos ahí

Si, seria lindo—intento buscar su celular en su pantalón para pedirle su número, pero de pronto observo que el trafico estaba empezando a avanzar, ya era demasiado tarde

¡OYE! —la chica le grito mientras avanzaba—mi número es xx-xx-xxx-xxx

El peliverde lo agendo rápido y sonrió como tonto mientras notaba que el coche de la pelirrosada avanzaba rápidamente.

Fue un buen día ¿no? —Jeeves le sonrió divertido—el tráfico no fue malo

No sé de qué hablas—se sonrojo

¿Seguro? —lo observo por el retrovisor

El peliverde no miro a Jebes y empezó a escribir un mensaje al número que cierta pelirrosada le había dictado mientras avanzaba, no sabía si era un encuentro sin precedentes del destino o solo un momento normal que le podría pasar en su vida, pero por más que quería ser lógico una parte de él se quería aferrar a que esa chica de cabello rosado fuera su hilo del destino.

Damián D: Hola, soy el chico que ira a la misma universidad que tu

Su corazón latía con fuerza después de enviar ese mensaje y sus mejillas se sonrojaron demasiado cuando recibió el aviso de que le habían enviado un mensaje.

Anya F: Hola, espero que podamos llevarnos bien, te me hiciste muy lindo

Damián se sentía en las nubes en ese momento, nunca había sentido ese tipo de emoción en esos 18 años y ahogo un pequeño grito de emoción mientras respondía

Damián D: Igual eres muy hermosa

Y aunque no sabía si eso era amor, en ese momento solo quería aferrarse a esa esperanza tan maravillosa que se le estaba presentando.

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