Pequeña promesa

720 55 2
                                    

Una tarde de primavera, Anya caminaba por los pasillos de la escuela mientras tarareaba la canción que había oido en el episodio anterior de Bondman, ese día estaba muy emocionada ya que había recibido la noticia de su tia Sylvia que la habían aceptado para entrenar como espía al finalizar sus estudios en Edén, la emoción estaba muy presente que esperaba que esos dos años pasaran rápido.

No obstante mientras caminaba observo en el árbol del patio a un chico de cabello verde asi que decidió acercarse a él.

¿Segundo?—se hincó
¿Qué quieres?—intento mantener la vista fija en la chica
Que grosero—inflo sus mejillas—solo quería saber que tenías
Nada importante—bajo la mirada
Damián—lo regaño—¿qué tienes?
Que nada—intento levantarse pero la chica hizo que se pegara al árbol
Dime—lo acorralo con el kabedon
Anya—bajo la mirada—que idiota, déjame ir
No hasta que me digas—acerco su rostro
Me ire a estudiar a Europa—cerró los ojos
¿Por eso estas de malas?—se separo de él
Por eso te digo que no preguntaras—se levanto y limpio el pasto que tenía en el pantalón—es algo idiota
¿Tienes miedo de no verme?—alzo la ceja
¡Te dije que no veas mis pensamientos!—gruño sonrojado
Es luna nueva, no leí nada—lo observo a los ojos mientras se levantaba—pero, aunque nos veamos poco seguiremos siendo amigos

Amigos, esa palabra siempre le recordaba lo cobarde que era para decirle sus sentimientos a la chica pelirosa.

¿Damián?—lo volvió a llamar—oye, si me extrañas puedes hacer un examen para la universidad de Westalis
¿Por qué iras allá?—se quedo confundido

La chica tenía la confianza con él ya que después de contarle su secreto, él la acepto así y siguieron siendo amigos, sabia que él siempre la iba a aceptar y no la iba a juzgar porque sabía lo que es estar solo.

Sere una espía—sonrió orgullosa—seré la agente Starlight

El chico sonrió ante esas palabras, sabía que Anya era increíble y que ese futuro para ella era el idóneo pero aun asi el miedo de separarse lo acobardaba.

No ire a Westalis, no hay buenas escuelas—sonrió con algo de tristeza—pero se que Anya sera una excelente espía

La pelirosada sonrió sonrojada y lo abrazo provocando que el corazón del chico latiera mucho.

Sabes, ¿y si nos hacemos una perforación?—toco la oreja del joven—podemos tener una perforación a juego
¿Por qué una perforación?—se sonrojo al sentir el toque
Me dan miedo los collares—puso la mano en su propio cuello—se que ya pasaron años del secuestro y la bomba falsa pero aun me da pánico ponerme cosas
Esta bien—tomo su mano y la entrelazo con la suya—hay que hacernos una perforación

El fin de semana Damián salió temprano del dormitorio para poder ir al lugar que Anya le comento, cuando llego esta chica ya lo estaba esperando en la entrada, sus ojos se maravillaron por ver el hermoso vestido azul que usaba y su sombrero de sol le daba un toque tierno.

Llegas tarde—le hizo burla
Nunca llego tarde, alguien parece que vive aquí—le puso la mano en el hombro
¿Estas listo?—lo miro a los ojos

El joven al inicio estaba algo nervioso por esa decisión, si bien fue algo apresurado no pudo negarse a tener algo que lo uniera con Forger, pero por otro lado estaba nervioso las perforaciones le recordaban a su padre y eso lo hacia pensar si tener una perforación te volvía mala persona.

Tranquilo—Anya leyó su mente—tu no eres tu papá—toco su mejilla—eres un hombre maravilloso
Anya—se sonrojo
¿Son pareja?—la encargada del local salio en el momento exacto
Ah—ambos la observaron
Si, ¿son pareja?—sonrio
No—ambos hablaron mientras se sonrojaban—somos novios
Ay, se ven lindos juntos—cerro los ojos—bueno vamos, su cita es ahora

Los tres entraron al local, ya no había marcha atrás, entonces aunque el temor se hacía presente el sentimiento de que ambos compartirían algo para el resto de su vida los hizo tomarse de la mano para enfrentar eso.

Aunque ambos lloraron del dolor, todo paso súper rápido y salieron con el nuevo accesorio en el lóbulo izquierdo Damián y derecho Anya.

Aun no había una promesa de estar juntos pero era algo que estaban dispuestos a tener para poder recordarse si es que se iban a otro país.

Las perforaciones para Damián ya no eran el recuerdo de su padre ahora era el recuerdo de que lo compartía con la mujer que amaba y era el recordatorio de que tenia que ser fuerte para poder tenerla toda su vida.

Oye Anya—la tomo de la mano
¿Sucede algo?—lo miro confundida
Tengo que decirte algo—se sentía avergonzado y su corazón latía fuertemente
Si dime—sonrío con ternura, como si supiera que era lo que iba a decir y ella quería oírlo

Entonces ese pequeño arete era el inicio de una historia de ambos.

RELATOS DAMIANYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora