En un otoño frio en Berlint, un chico de 20 años caminaba por las calles mientras intentaba mantener el calor en sus manos, pero le era imposible ya que el frio ese día lo había superado, entonces al intentar mitigar esa sensación decidió entrar a una cafetería nueva que estaba en la esquina de su edificio donde vivía.El sonido de la campana de entrada sonaba cuando el ingreso al pequeño local y una mujer de cabello negro con ojos rojos le sonreía con amabilidad.
Buenas tardes—comento la mujer—dime ¿Qué gustaría tomar?
Am—miro el menú que estaba colgado en la pared—quisiera un café americano
Por el momento no tenemos café—cerro los ojos—gustas esperar o ¿quieres probar otra bebida?
El peliverde miro a la mujer con algo de molestia ya que ¿Cómo era posible que en una cafetería se les acabara el café americano a las 6 pm?, entonces cuando estaba a punto de decirle que se iba a ir sintió como una chica se acercaba al mostrador.
Podemos ofrecerte el chocolate caliente—le sonrió—es la bebida que es mi especialidad
El chico no supo porque, pero sintió que sus sentidos se desconectaban al ver los hermosos ojos verdes de la mujer de cabello rosado amarrado en una coleta, no entendía que ocurría, pero sentía como su corazón empezaba a latir con tanta fuerza que creyó que le iba a dar un ataque cardiaco.
¿señor? —Yor se preocupó al ver al chico sonrojado
Ah sí, quisiera probar el chocolate—cerro los ojos—seria para tomar acá
Perfecto—Yor le sonrió—en un momento se lo llevamos
Si—el joven camino hacia una mesa vacía y decidió sacar su computadora para seguir trabajando con su proyecto de clases
El joven estaba tan concentrado en su computadora que no noto que la chica de cabello rosado lo veía ya que quería darle su chocolate
Señor—intento llamarlo—señor
Damián al sentir que alguien lo llamaba giro y vio que el rostro de la chica estaba demasiado cerca de su rostro que se sonrojo soltando un grito
¿Qué te pasa? —susurro
Disculpe, es que estaba concentrado—le dejo su chocolate—espero le guste, me esforcé mucho
Si—asintió—gracias—intento evitar mirarla ya que sentía demasiado raro su corazón
El chico tomo el chocolate y no le sabía nada mal, no estaba tan dulce y eso era una ganancia para él, entonces mientras disfrutaba su bebida empezó a ver la rutina de la chica pelirosada que estaba junto a la mujer de cabello negro, parecía una chica normal, pero algo no lo dejaba enfocarse de nuevo en su trabajo escolar y termino pidiendo pastel de chocolate que le recomendó la chica.
Habían pasado como 3 horas y el local estaba a punto de cerrar entonces Damián pidió la cuenta.
Esto es lo que debe señor—la pelirosada le sonrió
Va a ser con tarjeta—la miro
Aquí tiene la termina—le llevo el dispositivo—dígame ¿el 10% de propina?
Que sea el 30%--susurro
¿en serio? —se emocionó—Wow, gracias señor
No me digas señor—se sonrojo—tengo apenas 20 años
Wow, tengo la misma edad—le sonrió—bueno ¿Cómo te llamas?
Me llamo Damián Desmond—la observo