Los años pasaban y todos crecimos, las cosas que llegaban a ocurrir nos repercutían y era una sensación agobiante, el querer sobre esforzarte para poder encajar dolía y querer la validación ajena era tan molesto pero podía llenar ese vacío que tenias en tu corazón porque tus metas estaban estancadas.
Aun así, cuando nos graduamos, al observar su cabello rosa moverse por el viento recordé lo lejano que estábamos, porque ella no buscaba encajar desde que fue adoptada, ella solo quería ser ella y vivir, mientras que yo, me ahogaba cada día por encontrar mi camino, era agobiante estar tan debajo.
¿Segundo?—se acerco y me puso una mano en mi hombro
No supe en que momento camine hasta el lago stella y como ella me siguió, pero ahi estábamos, mientras me veía con una cara de pena que odiaba.
¿Estas bien?—se sentó a mi lado
No podia hablar, solo deje que mis lagrimas salieran y ella gentilmente me abrazo mientras me desahogaba, era algo vergonzoso porque era alguien fuerte pero en ese momento solo quería eso, un simple abrazo de Anya Forger.
Tranquilo—sonrío—no seas tan duro contigo, has hecho demasiado y se que serás un excelente político, confío en ti
Sus palabras eran genuinas y solo sonreí como un idiota, malditas ansias de validación ajena pero necesitaba esas palabras de ella para continuar.
Anya—la observe
¿Dijiste mi nombre?—se emociono
Si—la mire con mucha determinación—quiero decirte algo
La pelirosada me observo y me puse nervioso, sabia que si le decía mis sentimientos ella los rechazaría porque solo fuimos cordiales desde que me confeso sus secretos, aun así quería aferrarme en la pequeña probabilidad
¿Qué cosa?—me miró curiosa
El miedo se acrecentó, no tenia idea porque si no había mucho que perder más que un vínculo unilateral donde yo sentía más que ella, donde todos los días rezaba porque notara algo en mi que me eligiera pero parecía que todo era una sensación de lejanía.
Damián—me miro con preocupación, seguramente leyó mi mente—yo no, bueno yo
Las lágrimas me traicionaron, me sentía tan patético, pero aun así quise decirle lo que pensaba mientras que del cielo empezó a llover.
Anya—se me entrecortaba la voz—si pudiera decirte algo
No lo hagas—su voz sonaba triste—por favor
Sabía que su sueño era ser espía y que no debia tener vínculos fuertes por eso intentaba detenerme pero, por el mismo egoísmo mio no quería irme sin decirle mis sentimientos aunque fueran rechazados, estaba perdido
Anya, si pudiera pedir un regalo—le sonreí—solo pediría que tu me quisieras como yo lo hago, cada mañana, cada tarde y cada noche, cada día, cada mes y cada año, solo quiero que me quieras, solo quiero que sea especial para ti, que tengas miedo y digas lo hare por ti—mire a la chica quien lloraba—ese es mi mayor deseo
Que me quieras de forma especial
Nota: relato corto pero doloroso, disculpen mi ausencia de one shots han sido semanas complejitas
