Se egoista

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Nota:

Relato explícito +18, si no eres fan de esto por favor salta este relato.





















Damián estaba demasiado molesto con Anya Forger a la cual llevaba arrastrando por medio de los pasillos, la chica igual estaba molesta pero siguió su paso rápido porque si ella hubiera querido se pudo soltar del agarre del joven debilucho.

Cuando ambos llegaron a la habitación del chico, este la hizo entrar y cerro su cuarto con seguro.

¿Qué mierdas te pasa Forger?—estaba colérico
¿Qué?—lo miro retadoramente sin demostrar emoción
El llegar y decirle a todos que a mi me gustas fue vergonzoso—la tomo del brazo—dime ¿qué ganas con eso?
Nada—lo observó—dime ¿es tan vergonzoso enamorarte de una plebeya?
Claro que si—sus mejillas estaban sonrojadas—por eso no te lo he dicho
Entonces considéralo como un adiós—cerró los ojos y se soltó del agarre del joven—no me interesa tenerte en mi vida si tu me desprecias

La chica intento abrir la puerta pero el joven detuvo la puerta con su brazo y la arrinconó

Maldita sea Forger—estaba molesto—¿dime que sucede contigo hoy?, se que esta forma de actuar no es digna de ti, te conozco demasiado bien desde que me confesaste tu pasado, así que dime, si tu sabías mis sentimientos por ti desde hace años porque hasta apenas estallaste, ¿qué hace diferente este día con otros?

La pelirosa observó al joven de cabello verdoso y suspiró

Tu padre saldrá de prisión—cerro los ojos—seguramente sabes lo que significa
Puedes seguir fingiendo—la tomo de los hombros—no tienes que tener miedo, yo no dire nada
Es algo que no puedo controlar—le sonrío—yo, no puedo seguir aferrada a vivir acá cuando pongo en riesgo a mi familia
Entonces ¿por qué dijiste eso en clase?, no entiendo—se confundió
Porque quería que me odiaras, es la forma mas fácil de que me olvides y yo olvidarme de ti—le sonrío con tristeza—yo solo queria que dejaras de fingir por una vez y fueras sincero para que me fuera con ese recuerdo
Anya—su voz sonaba triste—¿en serio me estas confesando tu amor para después irte?
Si—cerró los ojos—no puedo quedarme

El peliverde tomando lo poco de valentía que tenia tomo las mejillas de la chica y le dio un corto beso en los labios.

¿Querías esto de mi?—la miro a los ojos sonrojado—¿querías llegar a tu nuevo lugar para vivir diciendo que te besaste con el hijo del objetivo de tu padre?
No—toco sus labios—quería decirte mis sentimientos sin que tu sintieras pena de que yo fuera una plebeya

Damián sintió una opresión en el pecho, por su estupido miedo de ser rechazado había lastimado a la única chica que lo amaba.

Sabes—suspiró—ni siquiera fue porque fueras una plebeya, fue mi culpa por miedo a que me rechazaras—la observó
Pero ¿por qué pensabas eso?—lo observó—yo

No pudo decir nada porque otra vez el joven la estaba besando lentamente, pero esto solo subió cuando la chica decidió comprobar lo que en la novela de Becky vio y delineo los labios del joven con su lengua, provocando que un sonrojado Damián abriera la boca para corresponder ese beso.

Creo que—la chica lo miró con algo de tristeza—es hora de que me vaya
No te puedes ir tan fácil—cerro los ojos—Anya

La chica observó el rostro del joven e intento memorizar cada facción de él además había notado que sus pestañas eran hermosas y largas.

Me encantan tus pestañas—le sonrío y toco su rostro—me gusto besarte

El peliverde estaba incrédulo ante lo que decía la chica pero no podía desperdiciar esos últimos momentos con ella así que sin importar que sucediera se decidió lanzar como el inexperto que era y volvió a besarla ferozmente.

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