Disfrutando el silencio

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El tener una perspectiva demasiado elevada en tu vida a veces puede ser perjudicial para tu autoestima y auto concepto, un pequeño niño de 6 años no debería de llevar una carga emocional tan intensa ya que su única labor debería ser disfrutar su tiempo escolar no cumplir las expectativas de su padre o lo que él creía para llamar su atención.

Segundo hijo—una pequeña lo llamaba

¿Qué quieres mocosa? —se levantó—espera ¿estás en mi habitación acosadora?

Que tonto—inflo sus mejillas—estas en el salón, te quedaste dormido

Ah—se levantó—maldición, me quede estudiando hasta tarde que seguramente me dio sueño

Ya es hora de irse—le sonrió—nos vemos

Espera, ¿Por qué me levantaste? Ya ni vamos en el mismo salón—se sintió extrañado

Porque el segundo hijo es importante para Anya—lo miro—hasta luego

La pequeña chiquilla salió del salón de clases dejando a un pequeño de 6 años sonrojado, estaba muy nervioso ante esa confesión, ¿era posible que esa niña rara quisiera con él o solo buscaba un favor de sus padres como todos los estudiantes de esa escuela?

No—movió su cabeza—seguramente es como todos—su mirada se volvió algo triste—esas palabras me las han dicho todos y debo de mantener mi mundo intacto, pero—miro por la ventana como esa chiquilla brincaba al caminar mientras sonreía—si estas palabras de violencia no chocaran mi mundo y fuera doloroso para mí, ¿esa pequeña niña pudiera entenderme?

El peliverde movió su cabeza y decidió irse a su cuarto, tenía que estudiar demasiado para que su padre lo notara pronto, tenía que ser imperial escolar entonces el amor era una cosa secundaria, era algo sin importancia y no quería que Anya Forger le hiciera daño.

Los meses pasaron y cuando su padre salió culpable del juicio contra las personas de Westalis su mundo se congelo, las palabras de sus aduladores ahora eran dolorosas y volvían a romper su pequeño mundo, eran palabras innecesarias que solo le hacían daño, pero cuando veía que la luz se extinguía, tres personas empezaron a defenderlo.

¡DEJEN A LORD DAMIÁN! —grito Emile molesto

¡SI, QUE TONTOS QUE SOLO BUSQUEN FAVORES Y AHORA LO TRAICIONEN! —se puso enfrente de él—si le quieren hacer algo entonces se las verán con nosotros

Son unos enclenques—se burló un niño de pecas—dejen de proteger a un traidor

El segundo hijo no es un traidor—la pequeña Anya se puso enfrente—será un grosero, pero nunca un traidor

¡Anya! —Becky intento detenerla, pero ya era demasiado tarde

Cállate, seguramente lo defiendes porque te gusta—el niño se acercó a ella—ahora ya no tiene poder deberías buscar un nuevo objetivo eres bonita

¡EL SEGUNDO HIJO ES IMPORTANTE PARA ANYA! —lo empujo—así que dejen de molestarlo

Miserable—intento darle un golpe

A esa mocosa fastidiosa—Damián detuvo el golpe—solo yo tengo el derecho de molestarla

Uy los noviecitos—dijo el robusto pecoso

Es igual una preciada persona para mí—lo miro a los ojos—entonces no tienes derecho a moléstala, ni a ella ni a mis amigos

Segundo hijo—se sorprendió—vaya actuaste como un héroe

Ah—se sonrojo—veras

No tengo tiempo para perderlo con sus coqueterías—se burló—los dejo tortolitos

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