Capitulo 17.

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A él le gustaba que ella estuviese a su lado, sentir que lo tomaba de la mano o simplemente saber que necesitaba estar cerca de él para apoyarse en su confianza y sentirse cómoda en la élite social que él frecuentaba. En cualquier otro aspecto de su vida en el que no estuviera ella él se sentía como un depredador, pero en su compañía su actitud se suavizaba hasta el punto de que todas las mujeres, conscientes de ello sentían envidia y no comprendían qué podía poseer ella que fuera distinto ni qué debían de emular de ella. Él lo llamaba feminidad interior, cierta fragilidad o delicadeza mental, corporal y espiritual, algo que la mayor parte de las mujeres habían desechado de su forma de ser en la más tierna infancia. Sin embargo, aquel rasgo valioso y único había dejado de serlo de pronto, cuando la presión en el trabajo de él se incrementó y ella no fue capaz de soportar sus largas ausencias. Entonces su timidez, al principio tan celebrada, se convirtió en un defecto irritante con el que al final perdió la paciencia y lo peor de todo era el hecho de que a ella la atemorizara su padre, se enfadó muy en serio cuando ella sugirió que fueran a vivir a una casa sólo de ellos dos.

INICIO DE FLASH BACK

Ángel: Esta es nuestra casa (molesto) ¿Es que no es suficiente conque ofendas a mi padre con tu actitud? ¿Pretendes insultarlo mudándote a otra casa que no sea la suya? (levanto la voz)

Victoria: Pero yo no le gusto (le aseguro) no soy lo que él quería para ti Ángel y no pierde ocasión de demostrármelo

Ángel: Sólo bromea contigo por tu timidez, eso es todo (azoto sus manos a sus costados) es tu paranoia la que te hace verlo tan maliciosamente

FIN DEL FLASH BACK

La respuesta de aquella pelea era una muestra más de la ceguera de Ángel en todo lo referente a su padre, Álvaro no sólo había sido malicioso con la esposa de su hijo, había sido verdaderamente destructivo.

Después de un par de minutos de estar observando por la ventana en silencio Ángel por fin hablo.

Ángel: Está bien (dijo con voz firme) hablemos de ello

Aquello era una orden más que sugerencia, Victoria se despertó de nuevo a la realidad. Había estado pensando en él llegando incluso a olvidar que estaba delante mientras lo contemplaba.

Victoria: ¿Hablar de qué? (frunció el ceño)

Ángel: De la niña, de lo que sientes. Puedes hablar

Victoria: En realidad no quieres escucharlo (sonrió)

Ángel: Si es para ayudarte, estoy dispuesto a escuchar (respiró profundamente) cuéntame cómo es ella

¿En qué estaría pensando Ángel?, se preguntó Victoria con curiosidad. ¿Qué cruzaría en realidad por su mente, tras esa falsa fachada repentinamente interesada? ¿Estaba simplemente burlándose de ella o era algo más profundo? ¿Acaso estaba buscando una excusa que le permitiera tener derecho a ocuparse de la niña de verdad?

Victoria: Ya viste la foto, se parece a mí (dijo con voz tierna) tiene mis rasgos, mi pelo, mis ojos... (se quedó callada pues habría deseado decirle que se parecía a él, que tenía la sonrisa de su padre, su testarudez, su habilidad para engatusar a los demás, pero no serviría de nada) tardó mucho en hablar, pero muy poco en andar, y le gusta que le sonrían (nuevamente abrazo el osito rosa contra su pecho) si frunces el ceño, se pone a llorar. Lo ha adquirido de... (de pronto se calló) OH, Dios mío, Ángel, tengo mucho miedo (se cubrió el rostro con las manos)

Ángel: Lo sé (contestó con calma dándose la vuelta y mostrando unos ojos oscuros)

Victoria: Si le hacen daño a mi niña... (se quitó las manos del rostro para mirarlo) ¿Crees que le harán daño? (preguntó atormentada)

FRUTO DE LA TRAICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora