Ángel: No puedes marcharte
Victoria: ¿Qué significa eso exactamente? (confundida)
Ángel: Simplemente eso, que no puedes marcharte (frunció el ceño) el riesgo es demasiado grande (suspiro) puedo garantizar tu seguridad aquí, pero no en México, tendrán que quedarse aquí las dos
Victoria: No, no quiero quedarme (azoto las manos en el sofá)
Ángel: No tienes alternativa, no te estoy dando a elegir (se giró para mirarla)
Victoria: ¡El hecho de que no quieras divorciarte de mí no significa que seas mi dueño, Ángel! (gritó poniéndose en pie) ¡Yo decidiré qué hacer! ¡Prefiero aceptar el riesgo y marcharme a México que volver a vivir otra vez bajo este techo!
Ángel: ¡Hablas como si hubieras sido tú la que fuiste traicionada! (sarcástico)
Victoria: ¡No me volverás a hacer pasar por la misma situación una segunda vez! (lo fulmino con la mirada)
Ángel: Quizá merezcas ser infeliz (arqueo una ceja y su rostro mostro una sonrisa burlona)
Victoria: Pero mi hija no (negó con la cabeza) ella es inocente, si castigas a la madre, castigarás a la hija. ¿Es que vas a ser capaz de ser así de cruel? ¿Tan sediento de venganza estás? (dijo con lágrimas que amenazaban con escapar de sus hermosos ojos)
Ángel: No busco la venganza (le aseguro) es sólo un problema táctico, no soy yo el que decide, esta casa es fácil de vigilar. Por eso de ahora en adelante vivirás aquí. ¿Comprendes?
Comprendía perfectamente. El amo y señor había hablado, y ése era el fin de la discusión.
Victoria: Pero no tengo por qué cenar contigo, antes prefiero morir de hambre (respondió desafiante sentándose en el sofá y dándole a entender que al menos en ese punto no se iba a rendir)
Ángel: Eso es infantil (se burló)
Cierto, pensó Victoria, pero no estaba dispuesta de ningún modo a sentarse a la mesa con Álvaro Armenta.
Victoria: Estoy cansada (cruzo los brazos) no tengo ganas de vestirme y fingir que soy feliz contigo y con tu padre en la mesa. ¿Es que no puedes concederme eso siquiera? (molesta)
Él suspiró dejando escapar parte de su rabia y después, para su sorpresa, cedió.
Ángel: Necesito hablar con Fabia antes de marcharme (serio) luego mandaré que te traigan algo
Y diciendo eso, se alejó hacia el dormitorio. Victoria sintió una extraña y frustrante sensación de abandono, aunque no sabía por qué, mi quería saberlo.
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FRUTO DE LA TRAICION
RomanceVictoria y Ángel se enamoraron desde el primer momento en que se vieron, se casaron por que querían pasar el resto de sus vidas juntos, pero el padre de él no aceptaba el hecho de que su hijo se hubiera casado con Victoria, así que para separarlos i...