Hace poco unos días había nacido Marietta, o Mariettita, como la llamaban sus padres. Décima descendiente de Mario Ismael Zambada García, y primogénita de Gabriela Montes Cantú, una ex reina de belleza en Sinaloa años atrás.
La pequeña Marietta era la novedad en la familia. Desde su primer día en la tierra, ya tenía montones de juguetes, ropa, flores e incluso joyas; y obviamente, besos y apapachos por parte de su familia.
Era una niña muy deseada y amada.
En la habitación principal de aquél gran racho, se encontraba Ismael sosteniendo a su princesa admirándola. Mientras esperaba a que su pareja que saliera de darse un relajante baño.
— Estás tan hermosa, mi niña. — habló cambiando su voz, aprovechando que nadie lo escuchaba — ¿Quién es la princesa de su apá?, ¿Eh?... ¿Quién?.
— Es la sexta vez que se lo dices, desde que entraste a cuidarla, amor. — dijo Gabriela saliendo del baño, mientras hacía un nudo sobre su bata de baño — Me voy a poner celosa.
— Oí a tu madre, mija. — empezó a mecerla en sus brazos, cuando la bebé soltó pucheros — No te preocupes mi reina. Que yo a usted la amo.
Gabriela sólo sonrió y se sentó a un lado de Ismael, recargando su cabeza en el hombro de él.
— Pero tienes razón. — la miró y suspiró — Es hermosa.
— Nos salió re' chula, nuestra chamaquita. Si le echamos ganas. — bromeó.
— ¡Ismael!. — reprochó, mientras sus mejillas se tornaba rojas.
— ¡Qué mi reina!. — dijo riendo — Ahora hágase cómo si no supiera, cómo hicimos a la plebe.
— Pero, Ismael. — negó.
— 'Ta bueno, pues. Ándele, chula. Vístase y arréglese, que nosotros la esperamos abajo. — dijo Ismael dejando un beso en los labios de su pareja, para después salir.
...
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— Condenada. Seguro tendrás muchos novios, Mariettita. — dijo Maytecita pellizcando gentilmente la mejilla de su hermana menor, la cual estaba en las piernas de Vicente.
— 'Tas loca, Teresa. — exclamó Vicente empezando a negar — Noo. Ella no va a tener novios. No.
— Eres bien egoísta, Chente. — habló Midiam — No te preocupes, princess. Yo me encargo de presentártelos.
— 'Iraaa. Le voy a decir a mi apá, eh. — le contestó Vicente.
— A parte de egoísta. Chismoso.
— Fea. — dijo sacándole la lengua.
— En lo que ustedes se pelean, voy hacerle un bibi a la nena. — Teresa se levantó de su lugar, caminado hacia adentro.
