Terminé por abrocharme el casco y me subí a la moto, o bueno, cuatrimoto. Hace tiempo Serafín me había convencido de volver a intentarme subir a uno de estos aparatos y la única condición que le había puesto, es que estos tuvieran cuatro ruedas si no, no.
Y bueno, heme aquí. Apunto de subirme a dar una vuelta por el rancho.
Cuando vi que todo estaba en orden, arranqué avanzado por la vereda donde anteriormente Sera y yo nos habíamos caído.
Por dónde comienzo...
Pues por el principio, ¿Verdad?... Bueno, hace aproximadamente un mes y piquito, Ovidio y yo habíamos formalizado nuestra relación.
¡Qué bonito se escucha!.
Me había pedido ser su novia el día de noche buena. Justo el mismo día, en que había conocido a su mamá, o sea, mi suegra.
De hecho, después de esa reunión nos fuimos al rancho de don Joaquín, dónde se juntaron sus dos familias y convivieron entre ellas. Parecía algo raro, y no es que yo vea a Ismael como un santo, pero seguía sin creer lo bien que se podían llevar.
FLASHBACK
— Tú tranquila. Le vas a caer bien. — dijo apagando el coche.
— ¿Qué tal que si no?. — pregunté nerviosa.
— Que sí, omee. Confía en mí. — me miró — ¿O no confías en mí?.
Asentí.
— Claro que sí.
— Entonces, vamos. Igual a todos ya los conoces y les caes bien, sólo faltaba presentártela a ella.
— ¿La prueba de fuego?. — dije bromeando.
Negó divertido. — Andando.
...
— Ehh, no veo nada. — dije mientras que con mis dedos tentaba sus manos sobre mis ojos.
— Sí, esa es la idea. — rio — Espera. Deja que prendan la luz.
Asentí extrañanda.
Escuché unos pasos unos cuantos metros lejos de nosotros. Fue cuestión de segundos para que quitara sus manos de mi rostro y la luz entrara por mis ojos.
Mi vista inmediatamente se dirigió al muchacho que estaba en la esquina de la habitación con una guitarra en mano, que pronto empezó a tocarla.
— Me gustan tus ojos, me gusta tu boca... Me aloca, me aloca el roce de tu piel. — tarareó.
No sabía en qué momento Ovidio se había alejado de mí, porque cuando volteé a verlo, vi que se comenzó acercar hacia mí sosteniendo un ramo de rosas rojas.
Pero lo mejor de todo era que su hermosa sonrisa le daba el toque al momento. A todo, de hecho.
— Entonces... ¿Me haces el honor, Mariettita?.
— ¿El honor?.
Asintió señalando el piso.
(Supongamos que dice quieres ser mi novia... ¿Okay?)
— Quiero que sepas que desde la primera vez que te vi, me gustaste un chingo, bonita. Aunque... Sé que no fue muy buena tu impresión de mí, pero... — rio — No te voy a negar que eso que dije, era para saber más acerca de ti. Porque me cautivaste y te quería para mí. — suspiró y puso una sonrisa — Estoy tan seguro de estar a tu lado, por eso quiero hacer esto más formal... ¿Quieres ser mi novia, mi Mariettita?.
Su Mariettita...
— Claro que sí. — asentí emocionada.
Ni siquiera lo pensé para unir nuestros labios.
— Me encantas. — dijo cortando el beso. Mirando mis labios y ojos.
No le respondí y sólo lo volví a besar.
— Me gusta amanecer pensando que me quieres. Soñarte se hizo ya el mayor de mis placeres. Me gusta todo, todo me gusta de ti.
— Te quiero, bonita. — me susurró mientras me abrazaba.
— Yo más mi ratoncito.
...
— Ahora sí... Te presento a mi amá, Ttita.
— dijo Ovidio con orgullo, mientras sostenía la mano de aquella mujer rubia — Amá, ella es Marietta, mi novia.— Buenas noches, señora. Marietta Zambada, mucho gusto. — dije tendiéndole la mano.
— Buenas noches, mija. El gusto es mío. — contestó con una amable sonrisa — ¿Entonces ya por fin eres mi nuera?. Vieras cómo este niño se la pasaba hable y hable de ti. Ya te quería conocer.
Reí.
— Lo traes cacheteando las banquetas, Ttita. — llegó Gris al centro de la sala con nosotros — Hola Marietta, ¿Cómo te va?.
— Bien, gracias. ¿A ti?. — le respondí besando su mejilla.
— También. Agotada por ayudarle con tú sorp... — se calló y tapó la boca exageradamente — Ya la regué.
Ovidio negó con una sonrisa en rostro.
— Ya se la mostré. — me miró — Y aceptó.
— Ealeee. ¡Cuñadaa!. — exclamó Gris y me abrazó.
— Y esos gritos, umpalumpa. — del otro lado salió Édgar de la mano de una chica.
— Ttita ya es nuestra cuñada.
— Es todo, Ratón. — se dieron ese típico — Felicidades, Marietta... O bueno, cuñis. — rio.
— Gracias.
— Cada vez se hace más grande la familia, mira... No había tenido la oportunidad de presentártela pero, ella es mi novia, Frida.
— Mucho gusto. — extendió su mano.
— Igual. — le sonreí.
— Bueno, pues no es que quiera interrumpir, pero su papá nos está esperando allá en el rancho. Y ya vamos un poquito tarde.
— Fuga, pues.
Los seis salimos de la casa de la señora Griselda, y cada uno se subió a sus respectivos coches y camionetas.
— ¡Ratón!. — le gritó desde adentro de su camioneta, haciendo que Ovidio bajara el vidrio.
— Qué fue, More.
— ¡El último en llegar es huevo podrido!. — gritó para luego arrancar a toda velocidad.
Ovidio empezó a mover las palancas y acomodarse el cinturón.
— Agárrese, chula. Que ahorita los alcanzamos. — dijo si quitar la vista del frente.
Por un momento me reí por la actitud algo infantil suya y de su hermano, pero le terminé haciendo caso.
FIN DEL FLASHBACK
He de confesar que estoy más que contenta con nuestra relación.
Se nos viene... 👀
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Marietta - OGL
Ficción General- Quién diría que una "desgracia", me devolvería a mi familia... 🔜 Marzo 04, 2023 🔚 Junio 04, 2023