Marietta - OGL

Sera Fest 2.1

— Padrino, yo sé que usted y mi apá tienen años de amistad, y por eso vengo a darle la cara. Marietta y yo nos gustamos y queremos intentar formar una relación. — suspiró — Vengo a pedirle el permiso para andar con su hija. — dijo Ovidio con porte serio.

— De ninguna manera, Ratón. — respondió firme y seguro de sus palabras.

La cara de Ovidio se transformó.

— Wey, se supone que me tienes que ayudar. — renegó.

— Oohh, pues. — rio — Es una probable respuesta.

Ovidio chistó molesto.

— No me eches la sal, More.  — se sentó en el sillón desanimado.

Édgar chistó negando.

— No te agüites, carnal. — lo abrazó — Vas a ver cómo todo va a fluir. Además, ni que fuera tu primera novia.

— Con Adriana fue todo más fácil. Ya nos conocíamos y a Raúl yo no le pedí permiso.

— ¿Y qué es lo que te pone nervioso esta vez?.

— Todo. — confesó — Ella, la situación, la respuesta de mi padrino... Todo.

— El que no arriesga, no gana. — lo animó — Acuérdate que a los culos no les hacen corridos.

Para Ovidio fue inevitable acordarse de la pelinegra. Sonrió.

— Pues sí.

— Ay carnal... —suspiró — Quién fuera a pensar que te iba a gustar el tesoro perdido del padrino. — dijo riendo.

— Oye cabrón, no te burles. Estaba secuestrada. — dijo molesto.

— Perdón. Es que la vez pasada escuché que el Sera le dijo así de burlón. — rio — Andaba medio celosillo el wey.

Ovidio negó.

— ¿Y le piensas decir hoy?. — preguntó curioso.

— Sí... Supongo. — suspiró — Ay, dios...

— Tranqui we. Mira, tu camina tranquilo, seguro de ti mismo. — hizo unas señas hacia adelante con sus manos — Dominante, provocador... Simplemente, cosmopolita.

— No mames, Édgar. 

— Ya we, fuera de broma. Todo va a salir bien. Ya verás que después te vas a estar riendo de todo el papeleo que andas armando.

— Ay... Ojalá.

...

MARIETTA

Mientras estaba sentada en la cama, veía como Serafín se robaba un poco de mis productos de skincare. Sólo lo estaba dejando ser.

— Ay, mira. Esta que dice vitamina e, que buena es para blanquear los codos. — dijo frotando el área. 

Reí.

— Pues en parte, para eso es. 

— Están chilas las cremitas. Me voy a comprar unas iguales. — su vista aún seguía en el espejo, pues se estaba acomodando los puños de su camisa — Oi nomás. 

La música en vivo empezó a sonar. Eso quería decir que la fiesta ya había comenzado.

— Muchas felicidades joven Serafín Zambada, muchos días de estos. ¡Bienvenidos a Serafín Fest!, ¡Qué empiece la fiesta!. — exclamó el vocalista para después pegar un grito ranchero. 

— Ahora sí... Vas a saber qué es lo que significa ponerse hasta las chanclas. ¡Aauuu!. — volteó a verme — Ándale, ya vámonos para afuera. 

— Ahorita te alcanzo. Sólo me pongo las zapatillas y perfume. Ve tú. 

— Mmm, pues... — chistó — Te veo abajo entonces. — dijo antes de salir — ¡Pero muévelas, Ttita!. 

No respondí y sólo me reí.

Me di algunas vueltas enfrente del espejo, observando muy bien mi vestido. Se veía bien.

Fuera de que lo sentía algo, muy, escotado de la espalda, se miraba bonito. Según Midiam era algo atrevido, pero sin llegar a ser vulgar. 

Confío en ella, eso espero.

Di unos brinquitos para probar las zapatillas, y estas no se sentían tan incómodas como las que traía en la fiesta de Ismael y la vez del antro. Y, por último tomé la redonda y rosada botellita de perfume Chanel, rociando mi cuello, pecho y muñecas. 

En mi vida jamás imaginé usar y vestir este tipo de marcas, no es porque no pudiera económicamente o no tuviera ganas de superarme. Pero al trabajar medio tiempo, para mí la única prioridad era sacarnos adelante a Toñito y a mí. 

Cuando bajé a la primera planta, ya no se veía movimiento dentro de la casa. De hecho unas cuantas luces ya estaban apagadas, sólo estaban iluminadas las áreas del baño y cocina.

Una vez afuera se podía ver algo de bastantita gente. Casi, casi de las mismas personas que habían ido a la fiesta de Ismael. 

Y de hecho de todas esas personas, sólo conocía a mi familia, la familia del señor Joaquín y algunos de familiares/amigos de los ántrax. 

Vi que a lo lejos estaba Sera recibiendo a sus invitados; y que en una de las mesas cerca de la principal estaba la familia ya sentada.

Iba a ser incómodo pasar por en medio del lugar.