Llevé un trozo de mango con chamoy a mi boca que había pedido. Era lo que últimamente se me antojaba. Todo lo que tuviera chamoy o chilito babeaba por él.
Ayer por la noche comenté en la cena que se me antojaba un tazón con mango picado. Y hoy por la mañana mi papá me llevó un plato con este adentro.
De hecho, Ermida me dijo que había mandado traer un costal de mangos para que me comiera los que yo y mi bebé quisiéramos. Por eso lo quería mucho, será un abuelito muy consentidor.
¿Qué si Ovidio ya sabía sobre mi embarazo?, la respuesta es no. Aún no.
Pues cuando me enteré, estaba viajado por trabajo con Iván, Édgar y su papá. Y después de tres semanas aún no llegaba, hasta apenas hoy por la madrugada.
O así me había dicho Vicente.
— Marietta, amor... Ya llegué, cariño.
Acaricié mi abdomen por encima de mi suéter. Empecé a sentir unas enormes náuseas al pasar el mango.
— Ahora ya no quieres, ¿Ha?. — le pregunté viéndome.
— ¿A quién le hablas loquita?. — llegó por el lado izquierdo.
Levanté mi rostro para verlo y él se agachó para besarme.
— Con nadie. Sólo que ya no tengo hambre.
— Yo si Presta pa'cá. — me arrebató el tazón tomando la fruta.
— ¿Cómo les fue en Italia?. — le pregunté mientras acariciaba el cabello de su nuca, que sobresalía de su gorra.
— Bien, bien. Cerramos negocio. — habló con la boca llena — Te extrañé mucho, amor.
Nosotros a ti. Pensé.
— Yo a ti, mi Ratoncito. — lo besé.
Suspiró.
— Ay, como me gusta estar así. Nomás cuando estoy contigo me pongo chipil.
— ¿Quieres que te haga cariñitos?. — le pregunté y él asintió como niño pequeño — Pero antes te quiero mostrar algo, ¿Te gustan las sorpresas?.
Honestamente ya no aguantaba las ganas de decirle.
— ¿Qué tramas?. — me vio raro mientras me abrazaba.
— Nada. Pero dime, ¿Te gustan o no?. — jugueteé un poco con mi dedo sus labios.
— Viniendo de ti, lo que sea, cariño.
— Entonces, vamos a mi habitación. — dije estirándolo y empezando a caminar.
— ¿A tu habitación?. — preguntó incrédulo y yo asentí — No 'pos que buena sorpresa va ser, si es el tipo de sorpresa que me imagino que va a ser.
Lo miré divertida y negué.
Una vez dentro de la habitación lo senté en la cama, le pedí que cerrara los ojos y tendiera sus manos frente a él.
— Pero sabes, me gusta cómo se te ve el rojo. Aunque el negro te resalta muy bien, cariño. Me prende más.
Quiero pensar que lo hormonal en él, es parte del embarazo.
— Bien. Abre los ojos. — ordené.
— Y... ¿Esto?. — preguntó viendo la caja.
— Ábrela. — sonreí — Es tu sorpresa.
Me dio una última mirada antes de empezar abrir la cajita.
Cuando empezó a quitarle el moño, mis nervios aumentaron. ¿Cómo lo tomaría?.
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Marietta - OGL
General Fiction- Quién diría que una "desgracia", me devolvería a mi familia... 🔜 Marzo 04, 2023 🔚 Junio 04, 2023