Perdón

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— ¿Siempre si te vas a ir?. — le pregunté a Sera desde el marco de la puerta. 

— Siip. Iré a checar lo de... Algo. — suspiró — Y aprovecharé para darle una vuelta a mi amá. 

— ¿Te vas a tardar mucho?. 

Debo de admitir que me empezaba a encariñar con él. 

— Máximo, una semana. — sonrió, para darse la vuelta y sacar algo de su cajón — Mira, para que no me extrañes. Ten. — extendió una foto — Yo soy Eddie y tú eres Crash. 

Era un portarretratos con una foto que nos habíamos tomado él y yo en la fiesta de Ismael. En una esquina tenía las zarigüellas de la era del hielo, y literalmente salíamos en la misma pose. 

— Gracias. — le sonreí. 

— De nada. Ya puedes llorar de la emoción, diciendo que te encantó, y que es lo mejor que te han, y te van regalar en toda tu vida. — dijo tratando de sonar arrogante — ¿Pero sabes qué es lo mejor?... Es que yo tengo el llaverito. — sacó las llaves de su bolsillo moviendo las llaves.

No lo pensé mucho cuando me acerqué y lo abracé. Pareció que lo tomó sorprendido, pues sentí como se tensó, pero a los pocos segundos me correspondió el abrazo.

— Gracias.

— De nada, Tita. 

...

— Entonces, ¿Siempre si pasaron por los laboratorios?. — le pregunté al mismo hombre que me había llevado a Culiacán a los estudios.

¡Oh, sí!. Había olvidar mencionar que ahora vivía en Sinaloa. ¿Qué cosas, no?... Y eso sólo me había enterado por el enorme letrero que había cuando salimos hacer esas vueltas.


FLASHBACK

Tomé las cosas que había puesto en la bolsita ziplock, más bien, las pertenencias de Ismael que había tomado "prestadas". 

Había sido un trabajo algo difícil, pero me sirvió mucho que se haya ido a encerrar con Vicente y Serafín al despacho. 

El hecho de escabullirme en su habitación, me hacía sentir algo de culpa e incluso remordimiento; pero era más mi necesidad e inquietud por saber la verdad. Había tomado cabello de su cepillo y el cepillo de los dientes para usarlos de prueba, y ya yo después daría lo mío.

Era algo arriesgado, para mí, pero como ya lo había dicho, necesitaba saber la verdad.

...

— Ya estoy lista. — dije bajando el último escalón. 

— Bueno, mi vida. Cuídate, ¿Sí?. — dijo dejando un beso en mi cien y dándome la bendición — Cuídenmela, cabrones. Si no, ya saben cómo van a responder. 

— Claro, patrón. 

— Ya sabe que sí. — respondió otro. 

— ¿Quieres dinero para que te compres algo?. — me preguntó. 

— Ehh. No. No. Gracias.

— ¿Segura?. Aunque sea para que compres algo a tu gusto. O por si quieres comer afuera. — me extendió una paca de billetes. 

¿Qué pedo?.

— No, no. Gracias. — me volví a negar — Creo que, para eso mejor esperaré a que venga Midiam y me lleve. Ella sabe más. 

Asintió. — Bueno. — ahora se lo había entregado a uno de ellos — Por si cambias de opinión, se lo pides a ellos. 

— Gracias. 

Marietta - OGLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora